Démosle vida a la consulta
Señor director:
El pasado 26 de agosto se realizó en todo el país la votación en la consulta contra la corrupción, que si bien como tal no superó el umbral legalmente establecido, por lo que no es jurídicamente vinculante y obligatoria, sí se constituye en la expresión ciudadana libre y voluntaria más importante en los últimos años, especialmente en Manizales, ciudad que se ha destacado en los tres últimos certámenes electorales por registrar un importante voto de opinión, que se debe entender como el rechazo a las maquinarias políticas tradicionales y a la politiquería que han practicado con resultados que a un gran número de ciudadanos han desilusionado.
De esa consulta, la tercera pregunta, referida a la contratación estatal transparente, obtuvo en nuestra ciudad 143.050 votos afirmativos, y la cuarta, alusiva a la elaboración de los presupuestos públicos con una amplia participación colectiva, extensiva al respectivo control ciudadano sobre su ejecución, consiguió por el sí 142.944 votos, cifras muy dicientes y que se deben interpretar como un mandato ciudadano, categórico, dirigido a quienes aspiren a gobernar la ciudad en los próximos años.
Desde luego que un mandato colectivo de esta naturaleza solo puede ser ejecutado por un alcalde cívico e independiente, libre de las ataduras y componendas clientelistas a las que acuden desde hace varios años quienes han hecho parte de las maquinarias políticas tradicionales. Esa libertad le permitirá al impecable nuevo alcalde, partiendo de especiales principios de gestión pública que dicen que los dineros públicos son sagrados, que el interés general debe prevalecer sobre los intereses particulares y que la función administrativa, basada en la legalidad, la moralidad y la buena fe, debe servir a los intereses generales.
Si la contratación en el municipio es transparente, la selección de los contratistas es objetiva, los procesos de contratación son plenamente públicos, si se acogen las propuestas más favorables, si se privilegian las licitaciones públicas y los pliegos de condiciones no son direccionados, los recursos públicos serán bien manejados y, por ende, serán más las obras que beneficien a la comunidad. Esa libertad también le permitirá al nuevo alcalde, que debe ser recto, honesto y pulcro, propiciar, garantizar y facilitar a los ciudadanos, las organizaciones y las comunidades el cumplimiento del deber y el ejercicio del derecho a participar en la vida política, cívica y comunitaria del municipio.
En lo que atañe a la elaboración de los presupuestos públicos, esa participación debe conducir a que las comunidades puedan exponer, en escenarios de amplia deliberación, sus necesidades más sentidas y priorizar las obras necesarias para atenderlas, y que en esos mismos espacios controlen, evalúen y pidan rendición de cuentas a la Administración sobre la ejecución de esos presupuestos. Dentro de este contexto la aludida consulta anticorrupción no será en nuestro medio un saludo a la bandera y las correspondientes respuestas de los manizaleños tendrán el eco que merecen.
Diego M. Arias
Primer defensor
La p. 4 del 15 de septiembre dice que san Pedro Claver fue considerado el primer defensor de los derechos humanos en nuestro país. Ciertamente fue el más importante y mereció el apelativo de apóstol de los negros. Murió en el siglo XVII. Pero en el siglo XVI murió San Luis Beltrán, defensor de los indios. Era fraile dominico y fue taumaturgo, esto es, obrador de milagros. Su memoria litúrgica es el 9 de octubre.
Observador católico
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