Otro 20 de julio
Señor director:
Cuando los sucesos independentistas del 20 de julio de 1810, las campanas al vuelo de la catedral de Santafé de Bogotá, sirvieron para convocar a la población a la plaza principal, ante las alertas de ataque realistas que aspiraban tomarse el poder, siendo el alcalde ordinario José Miguel Pey, lo que facilitó que la junta que se constituyó como suprema lo nombrara como Vicepresidente, y Presidente al Virrey Amar y Borbón. Pey no tardó en mostrar su malicia revolucionaria: detuvo al virrey y lo desterró, lo que permitió ser el primer granadino en ocupar el poder ejecutivo.
Durante su mandato instaló el primer congreso supremo, reunido el 22 de diciembre de 1810, al que concurrieron varias de las provincias del antiguo virreinato. Por otro lado, inauguró las sesiones del colegio constituyente, el 27 de febrero del siguiente año, que en marzo expidió la constitución del estado Cundinamarca.
Al presentarse la división entre los partidarios de la federación y los centralistas, fue jefe de las tropas enviadas por el gobierno hacia el Socorro para combatir las fuerzas federalistas del congreso, al frente de las cuales estaba Antonio Baraya. Este venció en Paloblanco. Pey perdió hombres y municiones y cayó prisionero. Luego colabora en el gobierno de Antonio Nariño y reemplaza al dictador del Estado de Cundinamarca Manuel de Bernardo Álvarez. Hizo parte del triunvirato que rigió a la nueva Granada en 1815, junto con Manuel Rodríguez Torices y Custodio García Rovira.
Pero es necesario aclarar que antes de estos últimos sucesos, ya se había enardecido el pueblo capitalino el 20 de julio de 1810, encabezado por Carbonell, el tribuno del pueblo José Acevedo y Gómez y miles de patriotas que se amotinaron en la plaza a protestar contra la autoridad del Rey cuando ya había alertas de ataques realistas, sonaron insistentemente las campanas que tocaron “a fuego”. Al festejar el ingreso del libertador, mientras en Cartagena las campanas de algunas iglesias fueron fundidas por los realistas para fabricar cañones. Con la independencia que pedían a gritos las masas que insistían en abajos al Rey y que viva la libertad, las campanas, tan ligadas a la vida espiritual de las comunidades, lo fueron también de la política.
Las ideas que ya había lanzado Nariño y apoyadas por Camilo Torres, el canónigo Andrés Rosillo, Francisco José de Caldas y otros patriotas distinguidos, fueron robusteciéndose poco a poco hasta que tuvieron su desarrolló el 20 de julio de 1810 con los acontecimientos que dieron principio a la Revolución con que se finaliza la historia de la colonia en Colombia y se inicia con muchos argumentos la búsqueda de una nación libre e independiente con la ayuda de tantos héroes que perdieron su vida por amor a la patria hasta la independencia definitiva con el triunfo en la batalla de Boyacá el siete de agosto de 1819.
Para concluir, debo anotar, para recordar nuestra historia, que después del incidente de los criollos Francisco Morales y sus hijos quisieron ayudar al recibimiento de don Antonio Villavicencio que llegaba de España en calidad de Comisionario Regio para el Nuevo Reino de Granada, con el pretexto de conseguir un florero prestado, llegaron a la tienda del chapetón José González Llorente, quien en lugar de felicitarlos respondió con gruesos insultos, siendo castigado duramente por el criollo Antonio Morales.
Como era un viernes 20 de julio, muchos ciudadanos se agolparon en un instante pidiendo mueras contra los españoles, excitación que fue creciendo momento por momento. Los americanos pidieron al Virrey Antonio Amar y Borbón Cabildo Abierto, lo cual no consintió pero citó a una sesión extraordinaria presidida por el Oidor Juan Jurado.
Reunido el Cabildo, el pueblo invadió la sala e hizo nombrar “La Junta Suprema” del Nuevo Reino para que siguiera ejerciendo el gobierno mientras se dictaba una constitución.
Entre los que tomaron parte activa en los debates para obtener la instalación de “La Junta Suprema”, son inolvidables y acreedores a nuestra eterna gratitud Camilo Torres, conocido como el “Verbo de la Revolución”, Miguel de Pombo y José Acevedo y Gómez. Como demorase la instalación de la Junta Pombo interpeló al presidente del Cabildo con estas palabras “¿Qué hay que temer? Los tiranos señor, parecen, los pueblos son eternos”.
En medio de la mayor confusión, Acebedo y Gómez avanzó hasta el centro de la sala y pronuncio un valiente discurso declarando reo de traición a quien se opusiera a la instalación de “La Junta” y saliendo luego al balcón arengó al pueblo que en esos momentos llenaba la plaza, con estas memorables palabras: “Si perdéis estos momentos de efervescencia y calor, si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, antes de seis horas seréis tratados como insurgentes. Ved los calabozos, los grillos y las cadenas que os esperan.” El pueblo electrizado exclamó “La Junta, la Junta”.
Esta se constituyó al amanecer del 21 de julio.
La independencia en el sentido político de la palabra, equivale a soberanía Nacional; y al decir que el “rey no es soberano”, se da a entender que la soberanía reside en la Nación.
Mario Amariles Ruiz
Queja por cambio en Milán
Llamo por la nota sobre el paseo de Milán Zona G, del ciudadano Jesús María Cardona Ruiz, para manifestar que comparto plenamente el comentario y agregaría únicamente que está siendo perjudicial para la zona el haber modificado el doble sentido de la vía.
Luis Hernando Cárdenas Meza
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015