Horarios en la alcaldía
Señor director:
Por mis ocupaciones debo acudir frecuentemente a los varios despachos de la Alcaldía de Manizales y uno como usuario nota el ambiente tenso, de presión y represión que hay al interior de la alcaldía para con los empleados, pues el señor alcalde o alguno de sus empleados -espías reiteradamente están dedicados a perseguir a los empleados que por cualquier circunstancia llegan tarde, 5 o 10 minutos a laborar, hasta ir a las oficinas y pasar verificando si el empleado está en su sitio de trabajo y haciéndolo ir al despacho del alcalde a recibir las recriminaciones y regaños, que para eso sí se tiene confianza.
Señor alcalde, si un empleado no está en su sitio de trabajo debe ser por algo, y ¿en qué afecta el normal desarrollo de las actividades por un momento que no esté el empleado en su lugar de trabajo?
No estoy de acuerdo con el empleado incumplido y debe ser amonestado si en verdad es recurrente. Pero una vez que un empleado llegue tarde es injusto algún reclamo.
Señor alcalde el reloj no es el que trabaja, el que trabaja es el empleado y si el servidor cumple con su trabajo ¿en qué afecta esto? Se debe ser un poco más tolerante.
Le pregunto: Hay empleados que se quedan hasta altas horas de la noche laborando, trabajan los días libres y hasta desde el hogar trabajan y ¿usted los ha llegado a llamar a su despacho a felicitarlos y darles alguna voz de aliento? Creo que no.
La represión no es buena consejera, si es que a usted se le pueden hacer sugerencias.
P.D.: Señor alcalde dedíquese a cosas más puntuales y relevantes que pasan en la ciudad, como es el problema que hay con los habitantes de la calle que literalmente se tomaron la ciudad, los ciclistas que practican ciclomontañismo los fines de semana, que tomaron el andén de bajada hacia el Bosque Popular, del Batallón hacia abajo como pista, con el consabido riesgo para los peatones que se tienen que bajar del andén para darles paso a estos deportistas, sabiendo que es una vía de alto flujo vehicular y de alta velocidad.
Respetuosamente,
Aníbal Pérez Macías
Orgullosos con don Héctor
Señor director:
Estamos muy alborozados por la distinción como Caldense del Año, de la que ha sido objeto nuestro coterráneo, don Héctor Mejía Aristizábal, orgullo de nuestro querido departamento y de nuestra patria chica, Pensilvania, la tierra de nuestras querencias.
La distinción que hoy ostenta don Héctor, que solo está reservada para los mejores, ha sido un reconocimiento a la labor desarrollada por un empresario serio, honesto y que emigró de su querida Pensilvania, en busca de progreso, primero, a la capital de la república donde hizo la escuela necesaria para hacer empresa y retornar a Manizales, para aplicar lo aprendido y a fe que lo realizó a la perfección, pues hoy en día es un empresario reconocido no solo en nuestro querido departamento, sino en todo el país, pues sus empresas fabrican y comercializan productos a nivel nacional.
Pero el aspecto más importante para resaltar de nuestro paisano, ha sido su labor social, el servicio a la comunidad, no solo de nuestro departamento, sino de su patria chica, Pensilvania, de ellos damos fe los paisanos, quienes hemos sido testigos de la preocupación que siempre le ha asistido frente a las necesidades de su tierra y de su gente, que nunca ha olvidado su terruño y a la que ha retornado en épocas de prosperidad, como buen legionario, llenándola de parabienes.
Sea esta la oportunidad, a nombre de la colonia de Pensilvania residente en Manizales, para decirle a don Héctor, gracias por tener tan presente a su tierra y a su gente y manifestarle cuan orgullosos estamos por su reconocimiento y de tener un paisano que nos ha enseñado la manera de hacer patria.
Sinceras felicitaciones.
Armando Zuluaga Vélez
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