Las víctimas en su laberinto
Señor director:
Ya desde el inicio mismo de las conversaciones de paz, se tuvo claro y fue predicamento esencial que las víctimas del largo y violento conflicto armado colombiano, serían "el centro" del acuerdo y que sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación además de las garantías de no repetición, constituirían la finalidad esencial de lo que se acordara en la mesa con respecto a ellas.
Pues bien, contrario a ello, lo que ha venido sucediendo con la implementación de lo acordado es, por el contrario, una clara bofetada a esas justas aspiraciones y las últimas actuaciones y decisiones de las tres ramas del poder, demuestran, sin lugar a duda alguna, la falta de un verdadero y real apoyo a esas víctimas y lo poco que en realidad le importan a la clase política del país.
En efecto, veamos: De un lado, a partir de una afirmación amañada y sin fundamento alguno lanzada con mezquindad (como todo lo suyo) por la derecha recalcitrante colombiana, según la cual las circunscripciones acordadas para las víctimas eran en realidad para la Farc; el Congreso, en una jugada cínica y mediante enjuiciables tretas carentes de toda ética, decide hundirlas y lavarse las manos, negándole a éstas esa posibilidad real y necesaria de que sus representantes llegaran al Congreso a defender sus legítimos intereses, decisión que debe inscribirse ya en la historia universal de la infamia muy a pesar del salvavidas del Consejo de Estado e independiente de lo que en tal sentido decida la Corte Constitucional.
E interrogo: ¿Se ha presentado acaso la más mínima prueba respecto a la afirmación de acuerdo con la cual esas curules serían para la Farc y no para dichas víctimas? ¡Por supuesto que no! ¿Qué argumentos serios y ante todo verificables existen para afirmar que tal cosa indefectiblemente sucederá así? ¡Ninguno! ¿Cómo puede sobre todo demostrarse que dichas víctimas permitirán que tal apropiación pueda suceder? ¡De ningún modo!
Empero, contra toda evidencia, esa afirmación falaz, prototipo exquisito de la posverdad en boca de los populistas y profetas del miedo que ya conocemos, inexplicablemente hizo carrera y es casi verdad apodíctica que, para solaz de esta jauría, logró calar en la ciudadanía.
De otro lado, a pesar de las voces de alarma de diferentes ONG de derechos humanos como Human Rights Watch, de respetados columnistas y de la propia Fiscalía de la Corte Penal Internacional, el Gobierno, en un acto patente de arrogancia y de abierto desafío, propone y logra el ascenso de cinco militares enjuiciados, señalados y por lo menos sospechosos de haber participado en el aquelarre de asesinatos extrajudiciales (eufemísticamente denominados falsos positivos), y lo hace con el peregrino argumento de que como no han sido condenados, las investigaciones y señalamientos en su contra no tienen ningún valor ni trascendencia.
Y, para completar el oscuro y desalentador cuadro de quienes sufrieron en carne propia los rigores del conflicto, la Corte Constitucional, en una determinación francamente inexplicable en cuanto desconocedora evidente de una coruscante realidad de dicho conflicto, decide, en su sabiduría (!!¿?), que los terceros, financiadores de los diferentes actores de esa atroz carnicería, vayan a la JEP únicamente si les viene en gana, a pesar de conocer, como se conoce, el altísimo grado de impunidad que existe en la justicia ordinaria sobre los casos que al respecto hace ya años dicha justicia tramita.
Como puede verse, entonces, sin lugar a ninguna duda son horas aciagas para los miles y miles de víctimas de la barbarie, violencia y degradación de la dignidad humana que vivió el país, quienes, ante esta clase de decisiones, se ven "revictimizadas", minimizadas en sus derechos, privadas de un derecho de representación que solo este país desalmado osa desconocerles y privadas de ese elemento esencial de Justicia por el que siempre han clamado: La verdad. Y con sin igual desfachatez, seguimos hablando de y pregonando ser una verdadera democracia. ¡Qué falacia!
Óscar Villada Martínez
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015