La corrupción: hasta la libertad nos arrebata
Señor director:
Hablar superficialmente de la lucha contra la corrupción es una práctica tan frecuente como inútil. Sin embargo, hay que salir de este lugar común y abordar el tema con la seriedad y profundidad que amerita. Para ello hay que empezar por definir si quien lo asume tiene para ello autoridad moral.
Una larga vida de servicio a la sociedad, sin tacha y el compromiso con el futuro de la ciudad me señalan que al respecto no debo albergar ninguna duda, y por eso mediante esta carta comparto sobre el particular unas reflexiones, empezando por decir que la lucha contra la corrupción interesa a investigadores y a organizaciones en el mundo entero, entre ellas al Consejo de Europa que, haciendo eco al profesor Bertrand de Speville, pregona que la corrupción afecta la competitividad, la equidad, la prosperidad y el desarrollo; que empobrece a los pueblos y retarda su crecimiento económico, social y político ordenado y sostenible; que está ligada al crimen organizado, el soborno, el lavado de activos, el narcotráfico, el terrorismo y la violencia.
Que la corrupción socava los cimientos del Estado y que cuando eso ocurre “lo que probablemente sobrevendrá es un colapso: colapso del Estado de Derecho, de los sistemas económicos y políticos, del desarrollo social, colapso de la seguridad, y …la pérdida de los pilares éticos de nuestra vida”. Agregase a esto que la corrupción “pone en peligro la estabilidad de las instituciones democráticas y la base moral de la sociedad.
De otra parte, Transparencia Internacional predica que el país ha retrocedido en la percepción de la corrupción, y Transparencia por Colombia recientemente se ocupó del tema diciendo que “la corrupción está poniendo al Estado contra la pared”, y que en el sector estatal la corrupción principalmente se origina en la gestión de los recursos públicos, los trámites, los permisos, el acceso al empleo público y la contratación, estatal. Pregonó también que no es un problema de normas, ya que entre otros estatutos tenemos las leyes antisobornos y anticorrupción. Remató su análisis afirmando que se necesitan en Colombia cambios estructurales y no tolerar ningún acto de corrupción. Al anterior panorama se suma la ONG norteamericana Freedom House diciendo, hace poco, que en relación con el respeto por las libertades civiles y políticas, por culpa de la corrupción y de la influencia del dinero en las campañas políticas, Colombia es calificada como un país parcialmente libre.
Estas notas, además de aportar con modestia al estudio del tema, quieren llevar un mensaje y una invitación a los habitantes de Manizales a ejercer el sagrado derecho al voto en las próximas elecciones buscando un candidato a la alcaldía capaz, honesto y con experiencia, que se comprometa públicamente pero con autoridad moral a combatir firmemente la corrupción.
Diego María Arias A.
Arroz y leche
"Arroz con leche, me quiero casar/ con una niñita que sepa bailar", cantaba una ronda infantil de ahora años. Arroz con leche viene a ser algo así como un plato de arroz acompañado con un vaso de leche; ¡qué gusto tan plancho! En cambio, arroz de leche es un dulce delicioso, sobre todo cuando se hace con leche condensada y lleva coco y uvas pasas.
Don Cecilio
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