Los libros de un editor

Me han preguntado varias veces por los libros que me han formado en este camino, a la vez tortuoso y divertido, de ser editor. Lo primero que debo confesar es que no creo que haya pasado por mis manos un libro que no me hubiera enseñado algo que luego aproveché en mi función.

A veces uso tanto textos técnicos de periodismo como la novelas más locas para mis ejemplos y, por supuesto, la poesía, clave para un buen titulador. Una frase como la de Camargo, el protagonista director de El vuelo de la reina, de Tomás Eloy Martínez, viene siempre a mí cuando los periodistas andan temerosos por cualquier decisión que se les encargó:

- “¿Cuándo van a aprender a equivocarse solos?”

Por eso no tengo una lista exacta. Y cada vez que respondo a esta pregunta menciono unos u otros, y siempre tendré la seguridad de que aún me faltan por leer los mejores. No obstante, me atreveré a dar una idea, más a manera de ejemplos, que pretender abarcarlo todo, con base en los títulos que más repito.

1. El Combo de la RAE. El Diccionario de la Academia Española está a un solo clic y nos da los elementos necesarios para entender cualquier palabra, su significado, y si se se trata de un verbo, su conjugación. Hay que saber combinar sus enseñanzas con el combo, que lo componen la Nueva Gramática de la Lengua Española, el Diccionario Panhispánico de Dudas y la Nueva Ortografía de la Lengua Española, que a propósito introdujo muchos cambios en su más reciente edición (2010), que algunos se niegan a adoptar. Por si acaso este combo no resuelve sus dudas, esté al día con la Fundéu, que nos trae el español urgente, las dudas y los mejores aterrizajes para resolverlas. Para Orlando Sierra era imprescindible el amansaburros de María Moliner. No aprendí a tomarle cariño, aunque a veces acudo a él.

   

2. El estilo del periodista. Este clásico de Álex Grijelmo es bien sabido que es el manual de los manuales de los periódicos en español. Para mí, fue definitivo en entender muchos errores con los que cargaba -y sigo cargando- y además me dio razones para comprender cosas que yo creía bien o mal hechas en el periodismo. Es decir, no se queda solo en la gramática, la sintaxis o la ortografía, sino que se mete en los dilemas éticos y en muchas otras inquietudes del quehacer periodístico. A pesar de sus años sigue tan vigente como el primer día. Los principios no cambian.

   

3. La vida de un periodista. Este libro consigna las memorias de Ben Bradlee, el mítico editor de Washington Post, tan de moda por estos días por cuenta de la película The Post. Este texto me mostró cómo se forja el carácter de un líder, cómo un hombre como él también le temía a despedir gente o por qué desde un principio desconfió del trabajo de sus reporteros sobre Watergate, para forzarlos a lograr un mejor resultado. En un país en el que no nos enseñan a ser editores, sino que lo aprendemos sobre la marcha, leer las lecciones de un hombre que tampoco pasó por la escuela de editores resulta aleccionador e inspirador. Me he leído cuanta entrevista le hicieron en vida que ha caído a mis manos y siempre aprendo algo de ese sí editor ejemplar.

   

4. El zumbido y el moscardón. Javier Darío Restrepo es no solo una eminencia y un sabio que es citado por tratadistas en el mundo entero, sino que es un reportero y un consejero. Por eso este libro que recientemente reeditó la Fundación García Márquez para el Nuevo Periodismo es un vademécum en donde se encuentran casos similares a los que vivimos claramente en las redacciones todos los días. Y si estos casos no se reproducen exactamente, al menos nos enseñan cómo entender si estamos ante un dilema ético o se trata simplemente de un típico caso en donde no hacer lo que tenemos qué hacer raya con lo delincuencial. Es un libro para tener subrayado al pie del computador y de consulta permanente. Una lección que aprendí de él y trato de cumplirla en La Patria es la de no sembrar la sensación de hecatombe, de desesperanza. Saber balancear las noticias malas con las buenas, así lo mío sea el pesimismo.

   

5. Periodismo y creatividad. Kevin Hall y Ruth Merino nos muestran las claves para hacer un periodismo de mayor calidad, siendo conscientes de nuestras limitaciones, pero metiéndole ánimo a la frustración. De manera sencilla y con ejemplos nos enseña claves para liderar equipos, trucos para guiar a los reporteros para que mejoren en sus talentos y ganen confianza. Una frase que me encanta es aquella de que el problema de un jefe de redacción con buenas ideas, que carece de un equipo que lo alimente, es que tendrá que ser remplazado por otro jefe de redacción con buenas ideas al que también se le acabarán, y a su vez tendrá que ser remplazado por otro… Por eso nada mejor para un editor que motivar a un equipo a mantener las buenas ideas y esto puede tener método sin aburrir.

6. Los elementos del periodismo. Tom Ronsenstiel y Bill Kovach tocaron asuntos fundamentales del periodismo y nos dieron pautas sobre cómo democratizar los temas de las redacciones, no solo por tener personal más variopinto en la sala, sino que no tema tocar los asuntos fundamentales que un medio debe asumir. Este es un documento que ayuda a saber que no estamos solos en los problemas que debemos asumir, que a todos nos pasa. Al tiempo nos muestra cantidad de ejemplos de cómo lo hacen otros para que podamos mantener al día en las buenas maneras de ejercer el oficio.

   

7. El que escoja de Fernando Ávila. A él sí que lo llamo maestro y mentor. Lo pongo aquí con nombre propio porque será usted el que elija cuál de sus libros quiere leer. El que tome le servirá de por vida. Yo empecé a leerlo con Noticia su primer libro y luego tomé Dónde va la coma, que me mostró toda mi ignorancia sobre el signo de puntuación más usado en el español y, por tanto, el más mal usado. Luego vinieron Dónde va la tilde, Ortografía española, Dígalo sin errores y muchos más hasta el Español correcto, de la serie para Dummies, que acaba de ser reeditado. En fecha más reciente, La vuelta al español en 80 guías y Cómo se escribe, este último editado por él. Son textos de cabecera siempre. Cómprelos y téngalos a mano, por favor. Yo acudo a alguno de ellos todos los días sin falta. Y han sido clave en los cursos que imparto de Redacción.

Estos son mis imprescindibles de hoy. Si me preguntan mañana, tal vez incluya otros, pero difícilmente saque estos. Cuénteme aquí o en Twitter (@fernalonso) ¿cuáles son los suyos?