Inmediación de la fuente

"Nuestra responsabilidad es contar lo que ha pasado, no lo que alguien dice que ha pasado".

Manual de Trabajo Periodístico de La Patria

Era yo mensajero en Bogotá en una época en que los horarios bancarios eran realmente restringidos. Era fácil quedarse sin poder hacer una consignación o tramitar unos documentos de importanción, etc.

Ante esta situación, los mensajeros del sector de Paloquemao, en donde yo trabajaba en la Comercializadora Zuluaga, nos empezamos a conocer y a apoyarnos. Si alguno estaba haciendo ya la cola en un banco, pero le faltaba otro importante, simplemente él tomaba lo mío y yo lo suyo y me dirigía a esa otra entidad. Era una buena forma de colaboración, que nos permitía mejorar la eficiencia y cumplir con el deber como debía ser, pero eso no se puede aplicar en el periodismo.

El mensajero puede terminar la tarea, pero en periodismo, si acudimos a un mensajero a un intermediario, estamos perdiendo la oportunidad de hacer información de primera mano, de mejor calidad, no estamos cumpliendo con ese principio que llamé por similitud, alguna vez: "la inmediación de la fuente", que lo copié del derecho. En la actividad probatoria existe un principio que se llama justamente inmediación. No es cosa distinta a que el juez debe estar en contacto directo con la prueba y no esperar a que otro la valore por él. Esa inmediación será clave para poder hacerse su propio juicio.

En periodismo funciona igual. Yo no puedo ver si un colega me cuenta cómo termina una noticia en la que yo no estuve presente. Eso solo puede ser un recurso extremo, porque mi prioridad debe ser cubrir de primera mano todo. Si no puedo, acudir entonces a las fuentes directas, no a las indirectas. Esto es clave en aras de la calidad periodística y de evitar errores. Así que aprovecho para instarlos a no creer en grupos de whatsapp, en comentarios de colegas o en encargarle a alguien de la competencia que nos haga el favor de contarnos algo que nosotros no pudimos cubrir.

¿Por qué? Porque el riesgo de equivocarse, de ser traicionado, es alto. Esas informaciones deben ser tomadas como un rumor, pueden ser la noticia criminis, prima facie para una elaboración mayor, el hecho apenas que deberá enriquecerse de información, un chisme que tendrá que pasar por todos los filtros necesarios para ser verificados. Luego se verá si le alcanzó para terminar en una noticia o pasará a ser descartado como un suspiro.

Solo cuando uno tenga cómo verificarlo, proceda a publicar. Antes, como con tantas cosas lo hacemos, no. Ante la duda, abstente, mandaba don Ariel Cardona, editor de toda la vida en La Patria, maestro y mentor. Si no tengo la certeza, la duda estará presente siempre. Abstente.