¿Por qué dejar de ser perfeccionista y cómo?

Todo padre que se considere de excelencia o quiera un futuro como el que actualmente tiene –o el que nunca alcanzó- para sus hijos, ha buscado en más de una vez hacer que su comportamiento, ambición y actitud sean perfectas.

Por una parte es algo inevitable. Todos queremos el bienestar y poder llegar a ver el éxito en las personas que más apreciamos. Pero llega un punto en que eso se convierte en algo malo, pues el fracaso siempre es una posibilidad para llegar al éxito que no todos interpretan bien.

Debemos añadir a estas personas, un toque de un perfeccionismo sano, una resiliencia que le dote del poder de convicción para volver y a la vez de una actitud positiva para asimilar lo bueno y malo de los intentos. Lo mejor para ello es analizar lo siguiente:

· Todo hecho no requiere perfección

No vamos a negar que las cosas hay que hacerlas bien, por lo menos lo mejor que esté al alcance de nuestras capacidades. Pero la obsesión ante la diferencia entre una y otra es algo que perjudica más de lo que ayuda.

Tener siempre presente que siempre puedes hacer un “retoque final” o algo que agregar, es algo que te impide avanzar y esto no se limita a solo a tus hobbies y trabajo, sino a tu vida entera y el desenvolvimiento de la misma.

· Perfeccionismo y excelencia

Todos debemos de situarnos siempre en una búsqueda perpetua de la excelencia y la magnificencia. Es algo que de hecho es bastante aconsejable y que puede ayudar a subir la autoestima de cualquier persona.

El problema tampoco está en buscar un equilibrio entre la perfección y la excelencia (o al menos no del todo), pero cuando hablamos de la “necesidad de perfección” para alcanzar la excelencia, es allí cuando sabemos que hablamos de un problema.

No podemos basar toda una vida de triunfo en lo excelente que somos o pudimos haber sido ni mucho menos en mantener ese estatuto como parte de nosotros. Pues es cuando llega la procrastinación y nos sentimos abrumados.

· Perfeccionismo y autoestima

Un perfeccionista en muy pocas situaciones está del todo contento con lo que ofrece o, peor aún, se mantiene seguro de poder ser avistado como el mejor con un pobre intento o con el mínimo esfuerzo.

Este comportamiento tan recurrente, que pasa a ser parte de la forma vida y personalidad de la persona, puede afectar enormemente y en cuestión de segundos toda su autoestima. Por lo que debemos de tener nuestras bases de consideración en lo que hacemos y no en cómo.

· Reduce el número de asuntos en los que quieres ser perfecto

No puedes ser el mejor en todo, si quieres ser el mejor en una gama de actividades, reduce su nivel de importancia hasta que queden solo una o dos de ellas en las que puedas enfocar y otorgar toda tu determinación y esfuerzo. 

· Reduce el perfeccionismo que exiges a los demás

Empieza a pensar fuera de la burbuja: no todas las personas son perfeccionistas como tú y no tienen bajo ningún motivo, razón o circunstancia serlo. Si consideras que tu perfeccionismo es sano, no puedes pensar en contagiarlo a los demás, pues es un simple ideal que no todos comparten.

Exígete a ti de forma sana y piensa en los demás, jamás como personas inferiores, sino como personas que están dando de sí cuanto gustan o consideren poder, es todo.

· Disfruta de los matices de la vida

En la vida nada es simplemente blanco o negro. La vida tiene sus propios tonos y cuando en algunos momentos podemos estar viviendo un gris oscuro, no significa que luego no pueda venir un cálido rojo o un frío y reconfortante azul.

Vive tu vida a un ritmo más sereno y empieza a detenerte para observar y permitirle a tus emociones guiarte de vez en cuando.

· Alimenta tu sentido del humor

Un chiste a tu vida le viene bien. Agrégale felicidad a lo que haces y no dejes que se convierta en monotonía.

Perfeccionista o no, toda persona sobre la faz de la tierra puede llegar a cansarse de una rutina que implica cansancio, demasiada seriedad e incomodes. Tómate tu tiempo para entregarlo a los demás, busca el cómo encontrar tiempo si sientes que tu trabajo no te deja vivir.

Con estas bases, podrás siempre llegar a ser las personas que todos quieren tener a su lado, con la que quieren trabajar y con la que es muy agradable salir a disfrutar de una noche.