Adriana Osorio G.
NEGOCIOS|LA PATRIA
El vigilante Lázaro Jiménez, de Manizales, no pudo acceder a un crédito bancario porque la entidad a la que se lo solicitó le asegura que no tiene los ingresos suficientes. "No basta con que uno tenga una propiedad, necesita tener ciertos ingresos que no todos tenemos. Es muy complicado. Tuve que optar por hacer un préstamo con un particular", resalta.
Cómo él, cerca del 36% de la población mayor de edad en Colombia no tiene algún servicio financiero, de acuerdo con datos del 2011, expuestos en el Informe de Inclusión Financiera de Asobancaria.
A esto se suma que según estadísticas del Banco Mundial, en el 2008 el país contaba con una bancarización cercana al 54%, entre las más bajas del mundo, a diferencia de Chile (98%), Brasil (102%) y Estados Unidos (224%).
El docente de economía Jairo Villabona, de la Universidad Nacional, quien analizó los 10 bancos más grandes del país, sostiene que la banca está altamente concentrada. "Entre 4 bancos se tiene cerca del 70% de los activos, utilidades y cartera del sector. El margen de intermediación es muy elevado. Las pymes tienen unas tasas muy altas de interés que no les permite ser competitivas. El gobierno no ha motivado una banca social", le aseguró a NEGOCIOS.
En su concepto, el peor panorama es para las microempresas y los estratos bajos, pues los pocos que tienen acceso al crédito, obtienen tasas cercanas al 34% efectivo anual. "Esta situación, en muchos casos, los lleva a la quiebra o no los hace competitivos".
Para Villabona, la cifra preocupa, si se tiene en cuenta que la bancarización es un indicador de la democratización del crédito, establecido por el Banco Mundial como la relación de la cartera bancaria frente al Producto Interno Bruto.
El estudio revela que esto ocurre en parte por la alta concentración de la banca en pocos grupos económicos, además de las altas tasas de interés, si se compara con otros países.
En el análisis se aprecia que el Grupo Aval (se toma como un banco), Bancolombia y Davivienda poseen el 62% del activo de los bancos y si se suma el BBVA, el porcentaje asciende al 71%. En cuanto a cartera, los tres primeros poseen el 63% y con el BBVA, el 72%.
En patrimonio tienen, respectivamente, el 66% y el 74%, y en utilidades, el 60% y el 71%. "La concentración es innegable", dice un artículo publicado por el docente en el periódico de la Universidad Nacional.
A pesar de esta situación, la bancarización aumentó el 43% entre el 2007 y el 2011. Según las cifras de Asobancaria, en el 2007, 8 millones 476 mil 139 colombianos mayores de edad tenían algún tipo de crédito, ya sea micro, de consumo, de vivienda o tarjeta de crédito, mientras que en el 2011 la cifra llegaba a 12 millones 146 mil 576 personas.
Otro punto que critica el estudio de Villabona es que se ha pretendido presentar la bancarización como la apertura de una gran cantidad de corresponsales bancarios, es decir, negocios o establecimientos donde se reciben pagos y se pueden hacer transacciones de determinados bancos. "Pero solo se trata de una estrategia para captar recursos de las comunidades más alejadas y pobres y disminuir los costos administrativos de los bancos. En síntesis, no es un plan para facilitar el otorgamiento de créditos con tasas justas", dice el análisis.
El número de personas con al menos un producto financiero creció el 6%, al pasar de 18,5 millones a 19,6 millones de usuarios, lo que equivale a 1,1 millones de nuevos vinculados al sistema.
Sin embargo, estos resultados se quedan cortos, al compararse con otros países de la región, por lo cual personas como Lázaro Jiménez siguen acudiendo a los prestamistas informales que no les piden tantos requisitos, pero que les aplican tasas mucho más elevadas que las de los bancos.
Al final, Villabona explica que la intención no es desconocer la importancia de los bancos como intermediarios entre el ahorro y la inversión, "sino que, en nuestro país, no han cumplido con su función social ni han demostrado estar al servicio del colectivo o retribuir en algo sus beneficios producto de sus actividades en el mercado".
En el estudio del docente Jairo Villabona se insiste en que el microcrédito en Colombia no es una prioridad del Estado y tampoco se le ha dado la importancia que requiere. "Las colocaciones están cerca del 1% del total a unas tasas que en lugar de incentivar el desarrollo en los estratos más deprimidos y las microempresas, generan en muchos casos su quiebra. Bajo esas condiciones, los prestatarios no tienen cómo generar márgenes de rentabilidad por encima de las altas tasas de interés a las que prestan".
Añade que los servicios financieros son excesivamente costosos. Estos forman parte de la estructura económica del sector en el país y de la falta de regulación del Estado, que recarga a los usuarios con costos elevados.
La situación en un costo de transacción altísimo para microempresas y sectores informales, lo que dificulta el acceso al crédito, producto de la ausencia de historial bancario. Así se lapidan los proyectos productivos de las comunidades más pobres.
Santiago Giraldo, docente: es difícil, piden muchos requisitos que muchas personas no logran llenar, además son muchos papeles.
Luz Marina Garzón, manicurista: es difícil, le piden a uno más de lo que tiene.
Julián Gallo, estudiante: depende de los ingresos el banco define si le presta o no, se hace una
evaluación y algunas personas no la cumplen.
4 millones 349 mil 594 personas tienen créditos de consumo.
731 mil 370, con préstamos de vivienda.
1 millón 534 mil 716 tienen microcréditos.
5 millones 201 mil 395 tienen tarjetas de crédito.
* Datos del 2011, según Asobancaria.
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