NEGOCIOS | LA PATRIA
Si por algo se caracteriza la Galería de Manizales es por el desfile de personas que acuden a mercar a diario. En medio de la aglutinación de gente, se ve el continuo movimiento de carros de balineras o personas que cargan en sus propios hombros cerros de cartón, papel o chatarra.
¿Quién dijo que la basura no era negocio o que el reciclaje no daba alguna ganancia?, recolectar estos residuos que los hogares y las empresas botan a la calle sí es rentable o, por lo menos, sirve para sobrevivir. Así lo aseguran varios administradores de chatarrerías, depósitos o centros de reciclaje, como suelen ser conocidos estos sitios.
Jorge Alberto Yusti, propietario de Depósito En Metal, cuenta con 30 años de experiencia en este negocio y asegura que si bien en el presente estos establecimientos son sostenibles, antes la rentabilidad era mucho más, pues no había tanta competencia.
Pese a ello, los registros de la Cámara de Comercio evidencian que es un negocio que se mantiene e incluso crece, como quiera que entre el 2010 y lo corrido del 2015 se matricularon 43 negocios de este tipo en Manizales y Villamaría. Solo en este año ya van seis.
Las compras
A la hora de comprar, estos negocios incluyen todos aquellos que se puedan reciclar o que sean recuperables, entre ellos excedentes industriales, como maquinaria de segunda, baterías de carro, metales y metales no ferrosos, como aluminio y cobre.
También se incluyen el hierro, electrodomésticos, como neveras, lavadoras, computadores, y los tradicionales papel, cartón, periódico, plástico, que son los que más lleva la gente. También es común la comercialización de carrocerías de carros viejos.
Para Jorge Alberto estos locales funcionan como una labor social, pues así como muchos lo tienen como su fuente de ingresos para comprar droga, también hay casos positivos de familias enteras dedicadas de lleno al reciclaje y que viven de los recursos que les dan por estos elementos, que para muchos son basura.
De parte y parte
De ahí que para muchos estos negocios sean un gana gana, pues la persona por llevar un kilo de cartón a un establecimiento de estos recibe cerca de $130. Por uno de periódico, entre $100 y $150.
Los objetos de hierro o de materiales como cobre dejan una mejor ganancia. Por este último, el kilo lo pagan entre $11 mil y $13 mil; el de bronce a $7 mil o el de aluminio, entre $2 mil y $5 mil, dependiendo el tipo de material. Además, esto les permite a muchos desocupar sus casas de cosas que ya no utilizan y les estorban.
"Nosotros compramos la chatarra, los desechos o desperdicios, después los clasificamos y los vendemos a las empresas correspondientes, donde realizan un proceso de recuperación", manifiesta Jorge Alberto Yusti.
Las siderúrgicas compran la chatarra para fundirla y elaborar varillas y láminas. Cartón Colombia compra el cartón, mientras que otras grandes empresas de papel y vidrio acuden a estos establecimientos para abastecerse.
Problemas
Diana Giraldo, administradora de Chatarrería Caldas, y Juan Pablo Sánchez, administrador de La Ganancia, ambos locales de reciclaje, coinciden en afirmar que hay muchos establecimientos informales o deshonestos, pues tienen manipuladas las básculas para darles a las personas menos dinero por lo que reciclan.
"Este negocio es rentable, pero lo que se ve hoy en día es una guerra del centavo", expresó un trabajador del parque Liborio, quien prefirió no dar su nombre.
La invasión del espacio público es otro problema recurrente en el sector y otra queja entre los negocios organizados. Mientras que unos establecimientos reciben las cargas del material reciclable dentro de su local, en algunas chatarrerías cercanas al Parque Liborio es recurrente ver carros particulares descargando la basura para reciclar en medio de la calle y hacer el proceso de pesaje en vías y andenes, lo que dificulta el paso de personas y carros en el sector.
Pese a estos inconvenientes y la queja por la continua competencia, los empresarios y vendedores asiduos coinciden en que se trata de un negocio positivo, pues fomenta el reciclaje.
Cambian los precios
Los precios que se pagan al reciclador por kilo cambian constantemente. La demanda y oferta determinan los valores.
Tapas de alcantarillas
Las tapas de alcantarillas son un objeto que los ladrones o algunos habitantes de la calle hurtan para llevar a estos sitios, pues por su material las pagan bien. Los administradores consultados aseguran que es determinación de cada quien si adquieren o no estos elementos, pero manifiestan que por lo general los locales informales sí las compran. "A la gente que viene con tapas de alcantarillas aquí las despacho de una", indica Jorge Alberto Yusti.
Trabajar de la mano
Humberto Posada, subgerente técnico de la Empresa Metropolitana de Aseo (Emas), indica que no hay ningún problema con estos establecimientos, siempre y cuando sean empresas y entidades que cumplan todos los requisitos de ley, tengan las condiciones de seguridad, ambientales y necesarias para operar.
"Hay algunos de estos lugares que no cumplen con las condiciones de la prestación del servicio y cuando reciben lo reciclable, muchos elementos que no les sirven los botan a la calle", manifiesta Posada, quien concluye que lo anterior hace que se generen puntos críticos de basura alrededor de las chatarrerías. Por esto hizo un llamado para que se trabaje de la mano con Emas y soliciten el servicio de recolección.
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