COLPRESA | LA PATRIA | BOGOTÁ
El director del Instituto Nacional de Medicina Legal, Carlos Eduardo Valdés, renunció a su cargo en medio de la polémica que se generó sobre el manejo que le dio la entidad a los resultados forenses de la muerte de Jorge Enrique Pizano.
En una declaración dada desde el búnker de la Fiscalía en Bogotá, Valdés anunció que es el único responsable de haber afirmado a la opinión pública que la mancha encontrada en una toalla en el baño de la casa de la familia Pizano era de sangre humana.
“Soy el único responsable. Mi equivocación obedeció a las características iniciales de la mancha, por lo que asumí que se trataba de una mancha de sangre”, dijo Valdés.
Añadió que desde aquel momento, su error se basó en nunca preguntar el origen de la mancha a los laboratorios y solamente se concentró en los resultados forenses, de si correspondía o no al exauditor de la Concesionaria de la Ruta del Sol II, y si había o no cianuro en la muestra.
“El laboratorio solo respondió lo que le preguntaba. Sobre si correspondía al señor Pizano o si había cianuro. El laboratorio nunca responde más allá de lo que el director le pregunta. El laboratorio no tenía por qué responder nada de lo que no le pregunté, porque eso hace parte del esquema de calidad del laboratorio”, aseguró Valdés.
En cuanto a los resultados obtenidos en el laboratorio, dijo que estos son veraces y no tienen ninguna modificación.
Al término de la explicación, Valdés dijo que había elevado su renuncia al fiscal General, Néstor Humberto Martínez.
“El error lo cometí yo, por eso he presentado mi renuncia el día de hoy, porque mi trabajo de ocho años al frente del Instituto no tiene por qué verse manchado. A Colombia le entrego un instituto con alta calidad científica, con peritos honestos”.
Proceso polémico
El talón de aquiles del exdirector de Medicina Legal fue la toalla que encontraron los peritos forenses en el baño que usaba Jorge Enrique Pizano, exauditor de la Concesionaria Ruta del Sol II y quién era la pieza clave en la investigación del entramado de corrupción de la firma brasileña Odebrecht.
Pizano falleció el 8 de noviembre y ocho días más tarde miembros de Medicina Legal y del CTI de la Fiscalía llegaron hasta su lugar de residencia para verificar si en el deceso existieron manos criminales, debido a que su hijo falleció dos días después, porque ingirió un sorbo de agua de una botella que estaba en la oficina de su padre y que contenía cianuro.
Los estudios forenses revelados por Valdés en su momento aseguraron tres puntos específicos: “Los resultados de la toalla que nos entregaron se obtuvieron los resultados: 1) se trata de sangre humana. 2) el ADN recuperado de allí corresponde a Jorge Enrique Pizano. 3) La mancha no contiene cianuro”.
Precisamente, el estudio de la toalla hallada en el baño auxiliar de la casa de Pizano se dio por cuenta de un testimonio que obtuvo la Fiscalía, en las investigaciones, según aseguró Luis González, fiscal delegado para la Seguridad Ciudadana y quién lleva el proceso del exauditor.
“La Fiscalía ubicó a una persona que el día jueves que murió Pizano (8 de noviembre) fue convocada por la familia para hacer aseo. Esta persona le informó a la Fiscalía, bajo juramento, que cuando estaba en la casa en el baño observó una toalla que tenía una mancha café. Se le envió esa toalla a Medicina Legal para que estableciera si había sangre e hiciera unos exámenes sobre esa sangre”, dijo Luis González
Si bien Valdés en su momento dijo estar seguro de los resultados revelados, ayer presentó ante el fiscal general su renuncia irrevocable, porque cometió el error de anunciar a la opinión pública que la mancha obtenida de la toalla correspondía a sangre humana.
La puja sobre los resultados forenses no resultan novedosos a esta fecha, pues días atrás, Javier Oviedo, un patólogo de Medicina legal y miembro del sindicato de la entidad, puso en tela de juicio que los resultados revelados por el exdirector fueran verídicos.
Instó a Valdés a decir la "verdad científica" sobre lo obtenido en los estudios, pues a juicio de Oviedo en las pruebas hechas en el Instituto no se podía determinar si existía o no cianuro en las muestras practicadas, esto debido a que estaban bajo una sustancia que erradicaba por completo la sustancia.
Pese a que el talón de aquiles de Valdés fue la toalla hallada en la casa de Pizano, está no fue la única muestra que tomaron en la residencia del exauditor, también hallaron el tarro de cianuro por el que supuestamente habría fallecido su hijo.
Pizano, exauditor de la Concesionaria Ruta del Sol II, tenía conocimiento de los sobornos y las irregularidades en contratación que se suscitó con la firma brasileña. Tales afirmaciones las realizó ante Noticias Uno, en medio de una entrevista que fue revelada cuatro días después de su muerte.
El escándalo de Odebrecht se avivó el mes pasado después de que Noticias Uno emitiera una entrevista grabada en agosto con el ingeniero Pizano, en la que aseguró que el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, conocía desde 2015, antes de estar en el cargo, las irregularidades de la firma brasileña.
Según la Fiscalía, las coimas que pagó Odebrecht en el país para hacerse con el contrato de la carretera Ruta del Sol II, en donde Pizano trabajó como auditor en representación del Grupo Aval, fueron de 84 mil millones de pesos.
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