Percepción de la pobreza contrasta con la dura realidad

Cuando se menciona el término pobreza, la mayoría de personas entienden de que les están hablando. Sin embargo, para tener una mayor claridad en esta ocasión recordaremos la definición que tiene la Real Academia Española de la palabra pobre: “necesitado, que no tiene lo necesario para vivir”.

De acuerdo con el más reciente informe entregado por el Dane, en Colombia no son pobres las personas que tengan un ingreso mínimo diario de $6947. Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística la línea de pobreza por ingresos en este país equivale a $208.410 al mes.

No obstante, si esa persona vive en el área urbana de una ciudad, su ingreso mínimo diario debe ser de $7663; de obtener ese ingreso, equivalente a $229.890 mensuales no se le considera pobre. Si por el contrario habita una zona rural, con un ingreso diario de $4587, que correspondería a $137.610 al mes, es suficiente para considerar que esa persona está por encima de la línea de pobreza.

Si se toma como referencia el ingreso per-cápita (por persona) en una cabecera urbana como Pereira, entonces se puede concluir que en un hogar de cuatro personas, (papá, mamá y dos hijos) son suficientes $919.560 para estar por encima de la línea de pobreza señalada por el Dane en Colombia.

Es decir que, una familia de cuatro personas donde registren un ingreso mensual de 1,49 salarios mínimos mensuales, no es pobre.

¿Quién hace la medición?

El Dane y el Departamento Nacional de Planeación (DNP) iniciaron en el año 2009 un trabajo técnico para establecer un método que permitiera determinar esas mediciones en Colombia. Ese proceso culminó en 2009 con la creación de la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad (Mesep).

El cambio principal en la metodología consistió en pasar de la Encuesta Continua de Hogares (ECH) a la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH). La Mesep fue conformada por especialistas y técnicos del Dane, el DNP, la Universidad Nacional, representantes del Banco Mundial, la Cepal y Fedesarrollo.

“Experiencias internacionales en varios países (Perú, México) han demostrado los beneficios de este arreglo institucional para el monitoreo de la pobreza y la desigualdad de ingreso, así como de los indicadores de condiciones de vida. Como también ha sido benéfico para la credibilidad, transparencia y oportunidad de dichas mediciones de pobreza y desigualdad”, argumenta el Dane al respecto.

El estimativo de la línea de pobreza se hace a partir de la identificación que se lleva a cabo mediante el cálculo de un umbral mínimo, por lo general asociado a un nivel de ingreso o gasto, por debajo del cual se considera que una persona no puede satisfacer sus necesidades básicas. Hace referencia a la posibilidad de satisfacer el conjunto de necesidad, considerando para ello un nivel mínimo de ingresos.

Cabe anotar que según el Banco Mundial, la línea de pobreza para América Latina es de US$4, es decir, un ingreso mínimo diario por ese valor lo pone por encima de la pobreza, eso equivale a 7868 pesos colombianos con el precio que tiene hoy el dólar de $1967 (TRM).

¿Se vive bien?

Para un hogar de 4 personas en la zona urbana de Pereira, un ingreso mensual de $919.560 alcanzaría para vivir de una manera muy austera.

En un sector de estrato 2 como los 2500 lotes en Cuba, o estrato 3 como Santa Isabel en Dosquebradas, el arriendo de una casa de 3 cuartos cuesta en promedio $400.000; los servicios facturan un promedio de $150.000. Si solo trabajara el papá de la familia, dos pasajes diarios en bus costarían alrededor de $90.000; al sumar, tendríamos que a esta familia le quedarían cerca $279.000 para mercar en un mes.

Pero no sería tanto si se le resta algún gasto adicional, como transporte escolar, útiles o ropa. Total, ir a comer helado en familia resultaría todo un lujo.

Una persona sola, con $7663 diarios que alcanzan para 2 pasajes ($3400) o un almuerzo corrientazo ($4500). Uno se pregunta ¿Acaso eso no es ser pobre?

LO QUE CALCULAN PARA LAS LÍNEAS DE POBREZA

1. Construcción del gasto corriente per cápita a nivel de la unidad de gasto.

2. Construcción del Deflactor Espacial de Precios (DEP).

3. Ordenamiento de los hogares por percentil de gasto corriente deflactado.

.4. Aplicación del método iterativo para la selección de la población de referencia.

5. Construcción de las canastas básicas de alimentos.

6. Ajuste de la canasta básica de alimentos para alcanzar requerimiento calórico.

7. Valoración de la canasta básica de alimentos ajustada.

8. Paso de la LI a la LP a partir del coeficiente de Orshansky.

9. Estimación de la incidencia de la pobreza. Entre otras cosas.