Ana Mengotti
EFE | LA PATRIA | BOGOTÁ
La histórica decisión de Cuba y Estados Unidos para superar un antagonismo de 53 años, que ha tenido un gran peso en la escena internacional, sorprendió a una Latinoamérica cada vez más unida, pero sin un común denominador en relación a la gran potencia del norte.
En la región coexisten desde un Gobierno como el de Uruguay, que ha sido el primero en acoger a presos de Guantánamo para ayudar a Barack Obama a cumplir su promesa de cerrar esa cárcel para acusados de terrorismo, hasta otros como el de Venezuela con funcionarios que se enfrentan a posibles sanciones por parte de EE.UU.
Y lo más raro es que esos dos Gobiernos son socios y próximos ideológicamente.
Venezuela es, además, el principal aliado y sostén económico de Cuba, que ahora se dispone a restablecer sus relaciones diplomáticas con Estados Unidos, rotas en 1961, según anunciaron ayer los presidentes Raúl Castro y Barack Obama en simultáneo.
Paradójicamente las relaciones diplomáticas entre Venezuela y EE.UU. están bajo mínimos, sin embajadores desde 2010.
La brecha que separa a los dos Gobiernos se ha agrandado con la reciente decisión del Congreso estadounidense de dar luz verde a una ley que permitirá congelar activos y denegar la visa a funcionarios del Gobierno venezolano a los que EE.UU. considera vinculados con violaciones de los derechos humanos durante las protestas antigubernamentales registradas entre febrero y junio pasado.
Sin embargo, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no ha tenido reparos en reconocer hoy "el gesto de valentía del presidente Barack Obama", quien, a su juicio, ha dado "quizá el paso más importante de su Presidencia".
Otro Gobierno aliado de Cuba que tampoco está en buenos términos con el del presidente Obama es el de Bolivia, pero en los últimos tiempos ha dado señales de querer un acercamiento.
La semana pasada el canciller boliviano, David Choquehuanca, reveló que trabaja para organizar una reunión entre el presidente Evo Morales y Obama, con el propósito de mejorar la relación bilateral, que desde el año 2008, cuando ambos gobiernos expulsaron a los embajadores del otro país, se mantiene a nivel de encargados de negocios.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, que al igual que la de Brasil, Dilma Rousseff, señaló ayer que pensó que nunca vería una normalización de las relaciones entre Cuba y EE.UU., también ha tenido sus más y sus menos con el Gobierno estadounidense.
Las demandas presentadas ante la justicia estadounidense contra el Estado argentino, por tenedores de bonos de deuda no reestructurada del país suramericano, son el último punto de fricción entre dos países que llegaron a tener una alianza estratégica a fines del siglo pasado, cuando Carlos Menem estaba en la Casa Rosada.
Entre los numerosos roces que han tenido los gobiernos de los dos países destaca el que se produjo en 2004 por las críticas estadounidenses a la política de acercamiento hacia Cuba del entonces presidente argentino, Néstor Kirchner.
Cumplió su promesa
Cuando Barack Obama asumió su primer mandato en 2009, América Latina vio una posibilidad de cambio en su relación con el gran vecino del norte.
El propio Obama prometió a sus pares latinoamericanos y caribeños una "alianza de iguales" en su primera Cumbre de las Américas, celebrada en Trinidad y Tobago en 2009, pero la realidad es que desde entonces la región perdido espacio en la política exterior estadounidense y al mismo tiempo el liderazgo de EE.UU. se ha reducido.
El presidente venezolano, Hugo Chávez, fallecido en el 2013, fue el principal impulsor de una profundización de la integración regional que ha dado como fruto un mayor consenso en temas globales y consecuentemente un mayor peso de América Latina en la escena internacional.
Chávez también se empeñó en sacar a Cuba del aislamiento al que se había condenado en su propia región cuando eran mayoría los Gobiernos alineados con EE.UU.
La insistencia en mantener el embargo comercial y las medidas de aislamiento de Cuba se convirtió en los últimos años en un obstáculo para que EE.UU. tuviera relaciones fluidas con América Latina, lo que se hizo evidente en la Cumbre de las Américas celebrada en Cartagena (Colombia) en el 2013.
Además de anunciar el acuerdo con Castro para poner a los dos países en la senda de la amistad, Obama confirmó que en abril del 2015 asistirá en Panamá a la Cumbre de las Américas, a la que también fue invitada Cuba por primera vez.
El histórico giro político anunciado ayer recibió el apoyo unánime de los países de América Latina, pero también suscito críticas en los sectores conservadores de EE.UU. y en el exilio cubano, que lo ven como una claudicación ante la "dictadura" cubana.
"En el cambio más significativo de nuestra política en más de 50 años, terminaremos con un enfoque obsoleto que por décadas fracasó en promover nuestros intereses y en cambio, comenzaremos a normalizar la relación entre los dos países", Obama.
"Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto. El bloqueo económico, comercial y financiero que provoca enormes daños humanos y económicos a nuestro país debe cesar", Castro.
Los cambios de EE.UU. hacia Cuba
* Restablecimiento de relaciones diplomáticas. Este paso incluye la reapertura de una embajada de Estados Unidos en La Habana así como intercambios de alto nivel y visitas entre los dos gobiernos como parte del proceso de normalización.
* Facilitar los viajes a la isla al expedir licencias generales para 12 tipos de visa de viajes a Cuba, según lo autorizado por la ley estadounidense.
* La cantidad de dinero que alguien puede enviar de Estados Unidos a Cuba, exceptuando determinados funcionarios del gobierno o del Partido Comunista, aumentará de $500 a $2.000 por trimestre o cada tres meses.
* Los viajeros estadounidenses a Cuba pueden regresar a casa con productos por valor de hasta 400 dólares, incluidos productos como tabaco y alcohol por un valor no mayor a 100 dólares.
* Las entidades financieras de Estados Unidos podrán abrir cuentas en instituciones financieras cubanas para facilitar las transacciones previamente autorizadas. Los viajeros podrán utilizar en Cuba tarjetas de débito y crédito emitidas en los Estados Unidos.
* Se autoriza la exportación comercial de ciertos artículos que incrementarán la capacidad de los cubanos de comunicarse con los Estados Unidos y el resto del mundo.
* Revisión cuba como patrocinador del terrorismo.
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