La excandidata presidencial Íngrid Betancourt estuvo secuestrada por las Farc entre el 2002 y el 2008.

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La excandidata presidencial Íngrid Betancourt estuvo secuestrada por las Farc entre el 2002 y el 2008.

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EFE | LA PATRIA | Madrid

Íngrid Betancourt, secuestrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) cuando se postulaba en 2002 a la Presidencia de la República, afirmó que no es posible poner fin al terrorismo y alcanzar una reconciliación hasta que víctimas y victimarios lloren todos juntos

Lo hizo este miércoles en la inauguración del II Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, organizado en Madrid bajo el lema "Comprometidos con la memoria", en el que está previsto que participen expertos nacionales y víctimas.

En su intervención, Betancourt repasó los seis años que pasó secuestrada ─"el maltrato, las humillaciones, los golpes..."─ y los cuestionamientos y "burlas indecentes" que, cuando recobró la libertad, recibió de aquellos que le imaginaban "una vida licenciosa en cautiverio". 

"Las víctimas causamos curiosidad y enfado al mismo tiempo y todas hemos sido escudriñadas como si tuviéramos que probar la realidad de lo que sufrimos. Así, no es de extrañar que los terroristas gocen de gran impunidad", dijo. 

También recordó los años posteriores y las negociaciones para llegar a un acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las Farc.

Concretamente el encuentro en 2021 en el que participaron varias víctimas de las Farc y algunos de sus guerrilleros con el ánimo "de que nadie más sufriera lo que nosotros", una iniciativa que tachó de "fracaso" por la indiferencia mostrada por sus captores. 

"Enaltecieron su lucha guerrillera y. si se lamentaron de lo que nos habían hecho vivir, lo hicieron justificando los crímenes desde su perspectiva ideológica. Cuando me tocó, subí al estrado y dije, con la voz entrecortada, que no podrá haber reconciliación mientras no pudiéramos llorar juntos", subrayó.

Este proceso, del que deben ser partícipes "la sociedad y las víctimas, los gobiernos y los pueblos", es uno de los requisitos que Betancourt, también exsenadora, esgrimió para poner fin al terrorismo.

Igualmente mostró su preocupación por la "incapacidad de nuestras sociedades" de ponerle freno, a las que llamó a enfrentarse "con verdad, justicia y democracia, conscientes de lo que hay en juego".

"Estoy hablando de lo más preciado del ser humano, lo que nos permite amar y elevarnos hacia nuestra verdadera dignidad: la libertad física, mental y espiritual, esa misma que el terrorismo nos quiere arrebatar a todos", concluyó.