La tauromaquia queda en manos del Congreso

COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ

El Congreso de la República tendrá dos años para expedir una nueva legislación sobre la tauromaquia en el país.

Así lo definió anoche la Sala Plena de la Corte Constitucional al tumbar 5 a 4 la ponencia del magistrado Alejandro Linares, quien pedía mantener intactas las corridas de toros y no considerarlas dentro del delito de maltrato animal, que creó la Ley 1774 de 2016.

Si en dos años el Senado y la Cámara de Representantes no legislan sobre la penalización de los festejos taurinos, corralejas, cabalgatas y riñas de gallos, se entenderá que serán un delito en el país. Entre tanto estas expresiones culturales continuarán.

Ahora el magistrado Gabriel Mendoza, quien es el siguiente en la lista por orden alfabético, deberá hacer la nueva ponencia señalando las consideraciones y la decisión que tomó la Sala Plena en el debate de ayer. No obstante, Mendoza termina periodo esta semana y el caso le correspondería al magistrado Jorge Iván Palacio.

Esta nueva ponencia debe ser presentada en Sala Plena otra vez y solo cuando se haga un nuevo procedimiento formal de votación saldrá la el fallo oficialmente.

La Sala tomó una decisión que se denomina de inexequibilidad diferida a dos años. Es decir, que se considera contrario a la Constitución el parágrafo que excluyó estos espectáculos del delito de maltrato animal, pero solo entrará a regir en dos años, si el Congreso no legisla.

A favor de la ponencia de Linares votaron, además de él, los magistrados Gloria Ortiz, Luis Guillermo Guerrero y Alberto Rojas Ríos. En contra votaron los magistrados María Victoria Calle, Gabriel Eduardo Mendoza, Aquiles Arrieta, Jorge Iván Palacio y Luis Ernesto Vargas.

El caso

La Corte estudió una demanda presentada por Juliana Marcela Chahín del Río, que buscaba la penalización del rejoneo, el coleo, las corridas de toros, las novilladas, las corralejas y las becerradas, así como las riñas de gallos.

El Ministerio de Justicia presentó concepto solicitando que se mantuviera intacta la Ley de Maltrato Animal tal y como estaba, debido a que en el 2010 la Corte profirió una decisión en que decía que dichas actividades eran prácticas culturales con arraigo popular, con reconocimiento legal, así causen dolor y sufrimiento a los animales.

En el trámite de la demanda, la Fiscalía solicitó a la Corte Constitucional que no penalizara las corridas ni ningún tipo de maltrato animal, con el argumento que esto no debería dar cárcel sino multas a los responsables.

En este caso, la Procuraduría pedía: "El legislador está constitucionalmente habilitado para establecer cuáles conductas de maltrato animal se exceptúan del mandato general de protección a los animales cuando se trata de prácticas culturalmente arraigadas, en atención a que deben garantizarse las discusiones democráticas para que no se imponga una sola visión del mundo".

Reacciones

Juan Carlos Gómez, gerente de Cormanizales

Acataremos los fallos de las altas cortes. A los taurinos no nos verán en protestas y desmanes como los antitaurinos, iremos al Congreso de la República a exponer nuestros argumentos, porque será ese órgano legislativo el que determine cómo se deben reglamentar expresiones de tradiciones culturales como la tauromaquia, las cabalgatas y corralejas. No sé cómo va estar el panorama, pero estamos de acuerdo con la Corte Constitucional en que el Congreso es el que debe legislar sobre la Ley de Protección Animal.

Jhon Hemayr Yepes, concejal animalista

Es muy importante la decisión, porque no cerraron a la banda con una continuidad de la tauromaquia y tampoco una prohibición inmediata. Hablo, sobre todo, por Manizales, porque si se acaban las corridas de toros eso ocasionaría un hueco socioeconómico gigante. La mejor solución es la continuidad de los festejos taurinos en la Feria de Manizales en estos dos años para que así podamos proponer una transición que sea dirigida desde la Administración Municipal. Lo más seguro es que se alteran las corridas de toros como tradicionalmente se celebran o se acaben.