Durante el IV Congreso de Responsabilidad Social - Paz y Reconciliación en los Territorios se debatió en un panel sobre el problema de tierras y el desarrollo agrario en Colombia. Allí varios conocedores hablaron sobre el tema.
El primero de ellos fue el senador del Polo Democrático Jorge Robledo, quien afirmó que "desde el Polo, lo que buscamos es que en Colombia exista un modelo mixto de desarrollo agrario que se componga por empresarios del agro y campesinos minifundistas".
Según el Senador, "de 21 millones de hectáreas que hay en Colombia para uso agrícola, de las cuales solo 5 millones son efectivamente productivas y los 16 restantes están en manos ilegales o concentradas en manos de acumuladores de tierras".
En este sentido, Robledo señaló que él sí defiende la producción agrícola industrial, "pero bajo la condición de que sí produzcan, no que sean tierras improductivas porque muchas empresas las tienen así".
Según él, "muchos empresarios tienen las tierras para especular con el valor de las mismas, las compran baratas y esperan que se valoricen para tratar de venderlas, no las hacen producir en ningún momento".
De hecho, el senador Robledo afirmó que "los campesinos producen el 60% de los alimentos en Colombia, el problema es que el desorden del campo colombiano no permite que esto les genere ganancias para sobrevivir". En este sentido, el Senador enfatizó que "Colombia tiene el peor modelo agrario del mundo".
Ante la sorpresa de todo el auditorio, José Félix Lafaurie, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Colombia, estuvo de acuerdo con Jorge Robledo en el sentido de que Colombia tiene el peor modelo agrícola del mundo.
El presidente de Fedegan aseguró que "los ganaderos no son acumuladores de tierra y que, de hecho la mayor parte de afiliados a la Federación son pequeños propietarios". Según él "la agroindustria y el minifundio sí caben en un mismo modelo, pero sin demagogia y con un verdadero impulso por parte del Estado para evitar quedarse cortos".
Por esta razón expresó su preocupación por la posible expropiación de tierras a dueños legítimos, puesto que según los cálculos que él hace "la ley de extinción de dominio que se supone que va a abastecer el Fondo de Tierras del Estado, no va a ser suficiente para reparar a todas las víctimas de despojo".
En este sentido, lo que le preocupa es que "los acuerdos de La Habana contemplan que se expropien todas las tierras legítimamente obtenidas si no cumplen con su objetivo social o ambiental y por ello preguntó ¿cuántas fincas en Colombia cumplen con esos requisitos?".
Según él ninguna o muy pocas lo cumplen por lo que aseguró que "la extinción de dominio se va a comenzar a aplicar con base en cuestiones políticas, lo que va a perjudicar a mucho propietario legítimo de Colombia. La aplicación de esta ley va a ser salvaje si se aplica según lo acordado con la guerrilla".
LA RESTITUCIÓN DE TIERRAS LE ABRIÓ LOS OJOS AL GOBIERNO
Después de Robledo habló el director de la Unidad de Restitución de Tierras, Ricardo Sabogal, quien afirmó que "desde que comenzamos con este programa comenzamos a descubrir que la realidad de este país es muy diferente a lo que pensábamos inicialmente, al punto de que hemos tenido que recorrer las zonas de restitución para conocer sus problemas y nos dimos cuenta de que esta gente no sabe qué hacen ni qué son las instituciones del Estado".
Según Sabogal, "las zonas donde mayor despojo ha habido están llenas de gente que no conoce ni reconoce las instituciones del Estado, allá las tierras las asignaban los grupos armados y desplazaban a la población de un lado a otro según su propia conveniencia".
El director de la URT afirma que "durante años esta gente ha vivido sin Dios ni Ley, tanto así que no entienden por qué debe ser un juez quien decida a quién pertenece determinada propiedad". Como ejemplo de esto, Sabogal reveló un caso en que, luego de la sentencia de un juez en una zona del país que no mencionó, dos campesinos se peleaban por el límite entre sus respectivas fincas.
"Cuando enviamos a un delegado de la Unidad para verificar según la sentencia, nos encontramos con que uno de los campesinos disparó contra los representantes de la URT y mató a uno de ellos", contó Sabogal y continuó diciendo que "el campesino fue capturado al poco tiempo y resultó que no era guerrillero ni paramilitar, era simplemente un campesino que estaba acostumbrado a resolver los problemas de esta manera".
Según Sabogal, "esto ha hecho muy difícil la labor de la Unidad de Restitución, pero también nos ha enseñado mucho sobre lo que implica la ausencia institucional del Estado y el deber que tenemos de instaurarla con transparencia para irnos ganando la confianza de los campesinos que se han visto envueltos en el conflicto armados han sufrido ante la ausencia de las instituciones del Estado".
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