COLPRENSA | LA PATRIA | POPAYÁN
Ocho hostigamientos contra la Fuerza Pública se presentaron ayer por sujetos que se autoproclaman como “continuadores de la lucha insurgente de las Farc”, los cuales dejaron un policía herido y pérdidas materiales.
Desde hace tres años los caucanos no sabían que era amanecer en medio de hostigamientos a la Policía o el Ejército, ni ataques con vehículos cargados con explosivos en los cascos urbanos de sus municipios. La guerra era, poco a poco, algo del pasado.
Pero ayer se rompió esa tranquilidad, luego que disidentes de las Farc, ejecutaran ataques contra la Policía, los cuales desencadenaron en combates con el Ejército, dibujando de nuevo ese cuadro de zozobra y miedo entre los caucanos.
En la madrugada hostigaron a integrantes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) que permanecen en la hacienda La Emperatriz, ubicada en el corregimiento de El Palo (Caloto). Tras atacar a los uniformados, que no tienen armamento letal, los delincuentes ubicaron una camioneta sobre la vía, luego se bajaron de ella para accionar una carga de explosivos que estaba en el interior del automotor. Después lanzaron ‘tatucos’ o morteros de fabricación artesanal.
“Era pasada la medianoche, cuando sonaron esas tres explosiones, una de ellas fue la que despertó a todo el mundo, porque el estruendo fue muy intenso, luego empezaron las ráfagas de fusil. De inmediato pusimos a salvo a los niños debajo de las camas, gritaban de miedo, nos desvelamos porque el susto era que cayera una bomba en la casa”, contó un comerciante de Caloto, al narrar cómo vivió ese ataque, el primero de ayer.
Fue tan fuerte la explosión, que pobladores de municipios vecinos como Santander de Quilichao, Corinto, Jambaló y Caldono la escucharon a esa hora de la madrugada, luego empezó el sobrevuelo del helicóptero Arpía AH60, desde donde los militares atacaban a los disidentes con rafagazos de ametralladoras punto 50.
A las 2:00 de la mañana delincuentes lanzaron dos morteros artesanales a una unidad militar asentada en el cerro La Loma, ubicado en el casco urbano de Corinto. La detonación de estos elementos despertó a los corinteños, quienes esperaban el ataque, porque durante el lunes el rumor que circuló en la zona era que “sería sangriento el aniversario de la muerte de Pedro Antonio Marín, alias Tirofijo”. Luego sonaron los fusiles por unos minutos.
Mientras los soldados y policías en este municipio se atrincheraron, a eso de las 5:00 de la mañana otros disidentes atacaron con ráfagas de fusil la Estación de Toribío, y de forma paralela, se daba un ataque a la unidad policial del municipio de Santa Rosa, en la Bota Caucana.
Ya a eso de las 6:15 de la mañana, en la entrada del garaje de la Alcaldía de Miranda, otro comando disidente accionó una carga explosiva, tras ubicarla entre el chasis de una motocicleta.
“Por fortuna solo se presentaron daños materiales, a pesar del susto tan berraco, porque eso formó una nube de humo como de 10 metros, y como se generaron esquirlas, los ventanales de la casas del sector quedaron hechos trizas, como eso fue temprano, y la calle estaba vacía, no se presentaron heridos”, dijo Homero Montaño, secretario de Gobierno de Miranda.
Luego, en las verificaciones realizadas por las autoridades, encontraron panfletos alusivos a la columna móvil Dagoberto Ramos de las Farc, grupo que se autoproclama como hijos de Pedro Antonio Marín y seguidores de la lucha insurgente, pero para los grupos de inteligencia del Estado, son una facción residual que continúo con la guerra, aprovechándose del desencanto de la ‘guerrillerada’ con el acuerdo de paz.
Después, sobre la vía Popayán-Cali o Panamericana, a la altura del sector de Cachimbal (Santander de Quilichao), otros disidentes se acercaron a una alcantarilla para ubicar una carga explosiva. Luego la accionaron, creando un cráter sobre la banca, afectando de paso la capa asfáltica de este corredor vial, el cual por el momento permanece bloqueado por nativos y campesinos que participan en el paro indígena.
De ahí que la respuesta de estos sectores sociales no se hizo esperar: ¿a quiénes les conviene que estas acciones de guerra se lleven a cabo y que la minga no haga sus exigencias? Pedimos al Estado que se investigue los acontecimientos ocurridos en el norte del Cauca que atentan contra la vida, integridad y libertad personal de las comunidades campesinas e indígenas, y que estos hechos no se relacionen con la minga social del suroccidente”, declaró el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric).
Pasaron las horas y a eso de las 9:30 de la mañana otros disidentes empezaron a atacar a los policías de la estación de Morales, centro del Cauca, quienes de inmediato fueron apoyados por el Ejército, presentándose un combate que obligó a la suspensión del corredor humanitario y al cierre de establecimientos comerciales.
“Los guerrilleros se ubicaron en el sector de La Floresta, desde donde atacaron con fusil a la Fuerza Pública, y como por acá pasan los conductores que quieren llegar a Cali, entonces les tocó parar la marcha y esconderse, porque siempre fue extenso el enfrentamiento, eso se escuchaba en todo el pueblo, la gente vio cuando un policía salió herido hacia el hospital”, indicó un líder comunal.
El alcalde de esta localidad, Silvio Villegas, narró “que se vio bastante tropa de la insurgencia desplegada, no solo en la cabecera municipal, sino en las veredas vecinas de La Concordia, Cañaveral, La Veraneras y San Isidro. Deducimos que la acción armada fue por el aniversario de la muerte de Manuel Marulanda Vélez, como se lee en los panfletos regados en el pueblo. Por fortuna solo se presentó un policía herido”.
Terminaban estos combates, cuando en Corinto, nuevamente atacaron la estación de Policía, obligando a los pobladores a esconderse en sus viviendas, alterando así la hora del almuerzo. El hostigamiento duró un par de horas.
A pesar de que las autoridades militares y policiales entregaron poca información sobre lo sucedido, queda en el ambiente el interrogante sobre si el Estado tiene capacidad de enfrentar esta clase de organizaciones armadas para que la guerra no regrese más a esta zona del país.
La ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, rechazó en nombre del Gobierno nacional los hostigamientos que se presentaron en el Cauca. La funcionaria sostuvo que en el diálogo que se tiene con la minga indígena ayer se avanzó en la legalización de los cerca de 6 mil predios que fueron adquiridos por gobiernos anteriores para estas comunidades y que están sin legalizar.
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