COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá
Menos de un año tendrá el Gobierno para atender el principal reclamo que le han hecho durante los tres años del mandato: que no ha estado en las regiones.
Aunque el presidente, Juan Manuel Santos, ha reiterado en diversas ocasiones que en su Gobierno las regiones tienen un papel fundamental y el ministro de la cartera política, Fernando Carrillo, lo ha aceptado, parece que las estrategias no han funcionado para acercar a las regiones el Gobierno.
Este último año de gestión tiene la peculiaridad de estar atravesado por una campaña política, por lo que la ley de garantías le ataría las manos, presupuestalmente hablando, a los ministros del Gabinete, quienes verían limites a la ejecución de obras que pueden ser entendidas como proselitismo político.
Ley de garantías
El analista Carlos Puerto asegura que la Ley de garantías puede ser una barrera para la implementación de políticas sociales en el último periodo del gobierno. “En este último año no se puede hacer mayor cosa, quienes van a llegar al gabinete deben liderar lo verdaderamente importante para los habitantes del país. Este año que resta es muy tarde para desarrollar programas sociales por la ley de garantías, eso disminuye la posibilidad de gestión del Gobierno”.
“Hay un imaginario en las regiones de que el Gobierno no las está apoyando. Llegó el momento de hacer eco de las políticas y de visibilizar el apoyo y las políticas implementadas para esos sectores. Lo hizo tarde, pero tiene toda la posibilidad de hacerlo”, agregó el académico.
A su turno, Alfredo Rangel advierte que “lo que tiene que hacer el Gobierno es desarrollar políticas para todos los sectores para evitar su deterioro, en este momento hay una desindustrialización y la falta de una política agraria, que se refleja en el inconformismo social de las últimas protestas”, dijo el académico.
Según Rangel, al gobierno se le hizo tarde para recuperar las regiones, “se le hizo tarde para adoptar las medidas estructurales que no desarrolló en los años anteriores. Por esa razón, esta crisis podría perdurar hasta el final de su mandato, con una gran inconformidad social y una imagen decaída del Gobierno”.
Sin embargo, el ejecutivo y el nuevo gabinete le apostarán, durante este último año, a acercarse a las regiones, a comunicar sus políticas en los lugares más apartados del país y a hacer eco de iniciativas sociales como el programa de las 100 mil viviendas gratis.
Juan Manuel Charry asegura que el nuevo gabinete debe traer ministros más cercanos políticamente a las fuerzas políticas y a las regiones del país. El académico sostiene que los ministros deben ser menos técnicos y dedicados a llevar las políticas gubernamentales a todos los lugares del país.
Con representación
Armando Estrada Villa sostiene que en el nuevo gabinete deben tener asiento los representantes de las regiones y de los diferentes sectores políticos que colaborarán “para una posible reelección”.
El académico destaca que un buen ministro en este momento debe ser una persona con gran sensibilidad social y política, “que no le dé pereza dialogar con campesinos ni dirigentes gremiales”.
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