La acción la llevó a cabo un numeroso grupo de aborígenes tras expirar la pasada medianoche un ultimátum dado tanto a la fuerza pública como a las Farc para que salieran de sus tierras ancestrales en el departamento del Cauca.
El desalojo de la fuerza pública pone más tensa la situación, advirtió el secretario de Gobierno de Toribío, José Miguel Correa.
Correa observó que el cerro Berlín, lugar donde se encontraban los soldados, fue tomado por centenares de nasas o paeces, liderados por la Guardia Indígena.
Los indigenas de esta manera apoyan al centenar de guardianes nativos que el pasado 12 de julio se encaramaron en el cerro y desde entonces convivían con las tropas de la Fuerza de Tarea Apolo.
Se han presentado fricciones, informó el secretario de Gobierno de Toribío, donde el presidente Juan Manuel Santos celebró hace una semana un consejo de ministros para analizar la grave situación en la zona.
Los soldados se vieron obligados hoy a retirarse hasta la parte baja del cerro a la espera de instrucciones desde los altos mandos.
El general Jorge Humberto Jerez, comandante de la Fuerza Apolo, recordó a los periodistas en el lugar de los hechos que Santos y el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, han dejado claro que las fuerzas de seguridad no serán retiradas.
"Es una situación difícil", admitió el oficial, sobre cuyos hombros descansa la tarea de acabar con los reductos de las Farc que actúan en el departamento del Cauca. También confirmó que sus tropas en Berlín han sido agredidas por los indígenas y han afrontado hostigamientos guerrilleros.
Las autoridades reconocieron así las dificultades surgidas por la decisión de los nativos de completar la expulsión de los actores armados y asumir el control, en ejercicio de la autonomía que les concede la Constitución. El desalojo de Berlín siguió a la destrucción de barricadas y trincheras policiales en Toribío y al desalojo de los guerrilleros que mantenían dos controles carreteros en esa área rural en la última semana.
"El resultado del desalojo de los guerrilleros es muy ambiguo, porque dicen que se van, pero se quedan rondando en los alrededores", explicó Carlos Andrés Alfonso, representante legal de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (Acín).
En medio del caos, algunos en el Cauca aseguran que los nasas están infiltrados por las Farc, lo que no ha sido descartado de plano por el alcalde de Toribío, el nasa Ezequiel Vitonás.
Vitonás, en todo caso, confió en que el Gobierno acepte un diálogo para determinar cómo manejar la presencia de tropas en la zona.
En este sentido, los indígenas dieron el domingo por la noche un paso al reunirse con el exjuez español Baltasar Garzón en Miranda, a quien expusieron la situación.
Garzón, quien también confió el lunes en el diálogo, viajó a Miranda en calidad de asesor de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP), instituida por la OEA.
Pero el representante legal de la Acín sostuvo que no hay claridad sobre el papel de Garzón, ya que los nativos habían propuesto que fuera su interlocutor con el Gobierno, pero el exjuez manifestó que había viajado al Cauca sólo a petición de los indígenas y que sólo se reuniría con Santos si el presidente se lo pide.
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