El nuevo obispo caldense llegará con servicios de pastoral

LISET ESPINOZA
LA PATRIA | LA DORADA

Mientras la familia se ubicaba en las primeras bancas de la Catedral Nuestra Señora del Carmen de La Dorada (Caldas) para no perderse la ordenación episcopal de monseñor Nelson Jaír Cardona Ramírez como obispo de San José del Guaviare, él, vestido de blanco y con una cinta morada que rodeaba su cintura, no hacía más que saludar a la gente y tomarse fotos con ella a la entrada del templo.
“No me extraña que la gente tenga estas muestras de cariño conmigo. Son personas muy afectuosas con las que tejí amistades”, dijo el nuevo obispo mientras seguía estrechando manos.
A las 10:00 a.m. de ayer las puertas de la Catedral se abrieron para que ingresara, formada, la comunidad religiosa, mientras los asistentes con cantos y aplausos le daban la bienvenida a Cardona Ramírez. “Esto representa un sentimiento de gratitud por la confianza que Dios y la iglesia ponen en mí. Asimismo, es un reto de ir a pastorear una iglesia que ha sufrido la violencia y que tiene la esperanza de salir adelante”, dijo Cardona Ramírez.
Agregó que la posesión en San José del Guaviare será el próximo 9 de julio y desde ese día empezará a ser el pastor de esa comunidad, por lo que desea conocer las características de la región para emprender proyectos.

Alegría
Para su hermana Lilian Patricia Cardona Ramírez lo que ocurrió ayer no tenía descripción. “Es algo que soñamos y cuando llega el momento es un felicidad inmensa. Estamos agradecidos con la gente de Norcasia y con los demás ciudadanos”.
Óscar Anibal Salazar Gómez, obispo de la Diócesis de La Dorada-Guaduas, dijo que el ascenso de Cardona Ramírez a través del santo papa Francisco los llena de alegría, pues para él Nelson Jaír es un hombre ejemplar y colaborador.
Asimismo, Rita Cardona de Rivas, tía de Cardona Ramírez, definió la eucaristía como algo espectacular. “Creí que no alcanzaría a verlo de obispo y Dios me dio la oportunidad”.

Nelson Jaír Cardona Ramírez nació en Norcasia. A los 17 años se fue al seminario y a los 23 ya era sacerdote. Fue enviado a Roma a estudiar espiritualidad y a su regreso ha estado unido al Seminario Mayor y a la pastoral vocacional y sacerdotal. Prestó sus servicios en las parroquias de La Paz y Puerto Salgar (Cundinamarca), San Antonio de Padua (Manzanares, Caldas) y ayudó en la Catedral Nuestra Señora del Carmen de La Dorada y en servicios diocesanos.