Redacción/Q'HUBO
Ya son cuatro meses los que lleva el bogotano Daniel Saavedra recorriendo distintos escenarios colombianos en bicicleta.
El ingeniero de sistemas dejó a un lado el computador, incluso el trabajo, y con la preocupación, pero al mismo tiempo el apoyo de su familia y su novia, armó maleta y comenzó la aventura que lo ha llevado por Boyacá, los santanderes, Santa Marta, La Guajira, Antioquia y el Eje Cafetero. “Esto es por salir de la monotonía, primero. Segundo, por hacer algo por los páramos y tercero por mis ganas de aventura”, explica este rolo de 27 años.
Lo único que dice cargar Daniel es su bicicleta de aluminio, una carpa, sleeping, algunas prendas de ropa, la cámara fotográfica y comida precocida. Donde lo coge la noche, ahí forma su cambuche. “A acampar donde caiga”, aclara entre risas.
Una meta
El objetivo de este aventurero es documentar su experiencia en fotografías y exhibirlas a su regreso a Bogotá. Aunque el protagonismo se lo quiere dar a los diferentes páramos, también ha pasado al polo opuesto, pues ya estuvo en bicicleta en el desierto de La Guajira, una de las experiencias más difíciles para él. “Yo soy una persona de altura”, dice. Además, le han tocado pinchazos, que se le dañe la cadena, se le rompan las maletas y hasta que se le caiga la parrilla y le toque improvisar mientras encuentra algún taller.
Entre los escenarios más bonitos que dice haber visto está el Páramo Ocetá, en Boyacá. Cuenta, sin embargo, que una de las experiencias más llamativas que ha vivido está el haber pasado su cumpleaños en el El Almorzadero, en Santander. “Ese día me visitó un cóndor gigante de cuello blanco. Me quedé mirándolo y estuvo un buen rato conmigo”, cuenta.
La afición de aventura de Daniel lo ha marcado siempre. Tuvo un tiempo practicando escalada y hace unos tres años que aprendió de ciclomontañismo y se animó a hacer este recorrido, del que aún le falta casi la mitad. Pero aunque todo el mundo lo haya tildado de loco, continuará con su locura hasta hacer todo lo que se propuso ese 11 de noviembre que salió de su casa.
Lo que le falta
Además del Eje Cafetero, donde ya visitó el Nevado del Ruiz y donde está actualmente, a Daniel le falta recorrer el Valle del Cauca, para llegar por el Páramo de Sumapaz a su natal Bogotá. Para conocer más, visite www.pedaleandonuestratierra.com
El dato
La amabilidad de la gente es otra de las cosas que ha impactado a Daniel. En Manizales una persona le dio hospedaje en el barrio Estambul.
Destacado
Daniel también le tiene nombre a su bici. Se llama Mapalina, “en honor a la diosa de la niebla protectora de los páramos en nuestra mitología colombiana”.
Daniel llegando a punta Gallinas, en La Guajira./
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