El Colombiano | LA PATRIA | Medellín
El último informe de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y El Delito (Unodc), advirtió sobre la presencia de cultivos de uso ilícito en áreas protegidas como los Parques Nacionales Naturales.
Para el 2015, según el documento publicado por la ONU, un total de 6.214 hectáreas de coca se encuentran sembradas en 16 Parques Nacionales, lo que significa un aumento, en comparación al año 2014, del 13%.
“El 58 por ciento del área con coca en zonas protegidas se concentra en tan solo dos parques, Sierra de la Macarena y Nukak; sin embargo, estos presentaron una relativa estabilidad en el área con coca para el 2015. Los mayores incrementos se registraron en los parques Paramillo y Catatumbo Barí, que incrementaron su área con coca en un 110% y un 80% respectivamente”, cita el documento.
Desde la dirección de Parques Nacionales no ocultan su preocupación por el significativo aumento que hubo en varios de los parques, “en donde exista un poco de coca, estamos preocupados, pero seguimos trabajando con los campesinos para hacer sustitución, y con la Fuerza Pública también, porque donde no hay trabajo con los campesinos, pues se hace erradicación manual de esas matas”, dice Julia Miranda Londoño, directora de Parques Nacionales.
Macarena, el más cultivado
El mapa de concentración de cultivos de uso ilícito evidencia que el Parque Nacional Sierra de la Macarena está prácticamente rodeado por la coca. En esa zona del departamento de Meta, donde históricamente ha tenido presencia la guerrilla de las Farc, existe el mismo problema que ocurre en muchas zonas donde se cultiva la hoja de coca: quienes la cultivan no tienen una mejor opción para sobrevivir.
Según José Eliécer Marín, líder de la Corporación para la Defensa Ambiental y el Desarrollo Sostenible (AMEM), los campesinos ven la coca como su única opción de generar recursos para sostenerse.
“En esa zona del país, la mayoría de colonos son personas que viven en lo más profundo de la selva y no tienen vías de acceso fáciles para poder sacar otros productos. Competir en el mercado no es fácil a pesar de que la región es rica para cultivar muchas otras cosas, pero lo que más oportunidad de trabajo brinda es la hoja de coca, como medio de supervivencia, no para hacer dinero”, sostiene Marín.
Para este líder, el proceso de paz con las Farc y una eventual firma del Acuerdo Final con ese grupo subversivo, podría significar una “oportunidad única” para poder sacar la coca de muchas zonas del país, incluidos los Parques Nacionales Naturales “siempre y cuando exista una verdadera inversión social, más y mejor infraestructura”, dice, y agrega: “nuestra corporación ya está realizando pactos con la Agencia Nacional de Sustitución de Cultivos para iniciar un proyecto piloto en el parque nacional Tinigua (Meta)”.
Explica José Eliécer, que el proyecto con la Agencia de Sustitución de Cultivos consiste en hacer unos polígonos del tamaño de cada uno de los cultivos de coca en los que se presentarán “propuestas muy serias y concretas” de cultivos alternativos.
Hay mayores peligros
Comenta Julia Miranda Londoño que los cultivos de uso ilícito, como la mata de coca, le hacen un daño “inmenso” a los Parques Naturales porque “se erradica la cobertura vegetal nativa del parque, se altera el ecosistema, contamina el agua, hay invasión de gente desarrollando esa actividad que produce un impacto grande dentro del parque, sufre la fauna”.
Sin embargo, reconoce que debido a la generosidad de la naturaleza, son espacios que se pueden recuperar y desde la dirección de Parques Naturales Nacionales, “se están formulando proyectos de restauración en los que se vinculan a las comunidades. Se puede recuperar la cobertura vegetal y esperamos que se logre en la etapa que llega para el país”.
Por su parte, Rodrigo Botero, experto en conflicto y ambiente, afirma que aparte de los cultivos de coca, “los cuales son un pequeño porcentaje de la extensión total de los parques”, no son el mayor riesgo que tienen estas áreas protegidas por el Estado.
Afirma que personas externas a los parques prefieren cultivar en esos sitios por las condiciones específicas, debido a que en esas áreas el trato para erradicar es diferente y más complicado que en cualquier otra parte.
“La coca es un elemento detonante, pero hay cosas más significativas. En el caso de La Macarena, hay un proceso de colonización desordenado, muy relacionado con el tema de la guerra y que se deberá resolver en el posconflicto para ver si ese parque se puede recuperar o no, porque la situación es supremamente delicada. Ahí en La Macarena es más peligrosa la ganadería y las carreteras ilegales que se construyen, esas son las reales amenazas”.
¿Quién gana?
Las estructuras criminales que se dedican al narcotráfico son las principales beneficiadas con el cultivo de coca en los Parques Nacionales. Compran el producto a los nativos para luego exportarla o comercializarla al interior del país.
¿Quién pierde?
El daño al ecosistema es grande, difícil y lento para recuperar, los cultivos de coca requieren mezcla de químicos que terminan en las quebradas y ríos. Por otro lado las comunidades, al no tener otra opción por el olvido estatal, seguirán cultivando coca.
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