18 por ciento del salario, para comprar un galón de gasolina

COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá

Si usted hace parte de los 10 millones de colombianos que ganan más de un salario mínimo, es de esperar que destine aproximadamente 1,07% de sus ingresos anuales para tanquear su carro. Con el cuarto precio del galón de gasolina más alto de la Región (US$4,20), un colombiano necesita 18,87% de su sueldo diario (que es en promedio US$22, unos $41.500) para comprar un galón del combustible.

En esta lista, realizada por Bloomberg, los chilenos son los que tienen el precio más alto de la Región (US$5,81), pues necesitan 14,2% de su sueldo diario (estimado en US$41) para pagar un galón de gasolina y destinan 2,27% de sus entradas anuales en ese rubro.

Brasil y Argentina ocupan el tercer y cuarto lugar con precios de US$5,35 y US$5,34, y sus habitantes requieren de 17% y 20% de sus salarios diarios para comprar un galón del combustible.

No es de extrañar que Venezuela aparezca en el último lugar de la lista con una tarifa de US$0,04 por galón, y que sus habitantes necesiten tan solo 0,13% de su paga diaria para comprar el combustible.

Gonzalo Palau, profesor de Economía de la Universidad del Rosario, explicó que el precio del combustible en Colombia depende de dos elementos. “El primero es el impuesto básico que va dirigido al fondo vial como parte del presupuesto nacional y el segundo es un tributo adicional o sobretasa que va destinado al presupuesto de las capitales donde se hace la adquisición”.

El economista agregó que como recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno decidió eliminar los subsidios de la gasolina al público después de la crisis de 1999. El combustible se considera un producto que no amerita ser subsidiado, porque se atribuye a personas que poseen vehículo y porque no conforma la canasta básica. “Es una cuestión de ideologías política más que económicas”, añadió Palau.

En el caso de Chile, la situación es similar, ya que la orientación de las políticas económicas tampoco permite que hayan subsidios del petróleo. “Su precio alto se debe a impuestos más elevados que se justifican por tratarse de un bien que no es de beneficio social ni forma parte de los alimentos”, mencionó el docente.