Henry Rivera Castrillón tiene la goma desde soltero de coleccionar radios antiguos y cosas que se usaban en las casas en los años 40, como atomizadores, maquinaria y frascos de medicina.
Casado hoy con la comunicadora social y periodista Piedad Botero Mejía, con quien vive en Pereira y le acolita sus aficiones, tiene la casa convertida en un museo.
La publicidad de revistas antiguas como Life y Mecánica Popular lo inspiraron para hacerse coleccionista. Busca cosas en su presentación original de hace décadas.
En su inventario hay elementos que ha conseguido en subastas de internet y otras en viajes por el mundo. Entre las cosas más costosas que ha conseguido en anticuarios es un sombrero de los años 20 por el que pagó $600 mil.
Ha llegado a tener 28 vehículos Ford de diferentes años, de los que llaman antiguos, y son piezas de colección. Él mismo los repara y luego los vende.
Henry y Piedad han sido invitados a participar en desfiles de carros antiguos con las vestimentas de la época, y gracias a la elegancia de sus vestidos, los han premiado como los primeros.
A esta pareja las colecciones se les volvieron una pasión.
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