Elizabeth R. Rojas
LA PATRIA | Manizales
El residuo de plástico rígido durante el 2014 en Manizales representó, después del material orgánico, el segundo en porcentaje de los desechos sólidos de la ciudad. Alcanzó un 19,63%; mientras que el plástico de película, es decir, las bolsas generaron en promedio un 8,76%. Así lo cuenta el Plan Municipal de Gestión Integral de Residuos Sólidos 2015 - 2027 de la Alcaldía de Manizales.
Para ese periodo fueron 101 mil 906 toneladas de desechos los que se registraron en el Relleno Sanitario La Esmeralda, y, de ese número, 20 mil 4 toneladas corresponden al material rígido y 8 mil 927 al de plástico de película o bolsas; cifra que muestra el alto consumo y desperdicio de estos materiales.
Estas proporciones son las que se pretenden disminuir con un proyecto de ley que comenzó a hacer trámite en el Congreso de la República en noviembre del 2015. Está encaminado al desmonte gradual de la producción y uso de bolsas plásticas no reutilizables y a minimizar los daños que este tipo de elementos están generando en el medioambiente.
Diego González, secretario municipal de Medioambiente, aseguró que laboran con EMAS (Empresa Metropolitana de Aseo) en un proyecto interinstitucional para bajar dichos índices partiendo desde los ciudadanos: "La idea es que ellos entreguen todo separado para poderlos trabajar mejor".
Humberto Posada, gerente técnico de EMAS, dijo que adicional a ello -con los vehículos de recolección- están haciendo una campaña a la que denominaron Actúa Verde. A través de esta instan a los residentes a que no usen plástico, sino recipientes, empaques, vasos, etc, de vidrio con tal de bajar el consumo del primer material.
Según Darwin Hernández Sepúlveda, administrador ambiental y docente investigador de la facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), el problema asociado al uso de bolsas plásticas está relacionado a algo muy delicado: "son un derivado del petróleo, lo que exhibe el uso de un elemento que es el origen del calentamiento global que estamos viviendo".
Dijo que como las bolsas se disponen de una manera inadecuada, se afecta gravemente a los cuerpos de agua y al suelo. Que lo ideal sería no generar estos desechos. Advirtió que el país está en mora de tener la ley que reglamente con severidad este tema y subrayó que muchas naciones ya la tienen.
Hernández resaltó como positivo el hecho de que muchos supermercados o almacenes de cadena utilizan bolsas plásticas biodegradables: "Estas tienen un periodo de degradación mucho menor. Una bolsa en condiciones normales puede durar en desaparecer del suelo o del agua 200 años, pero estas que están impregnadas de un componente químico que hace que se degrade más rápido, desaparecen en máximo 4 años".
Beatriz Toro, docente del programa de Biología de la Universidad de Caldas, habló de lo que sucede cuando el material tiene contacto con los animales (peces, tortugas, ranas, etc). Expresó que muchas veces al ingerirlas les ocasionan obstrucciones respiratorias y una eventual muerte o ahogamiento cuando se les enreda en sus cabezas.
Toro añadió que, aparte de la belleza que le puede quitar a los espacios naturales, las bolsas impiden que en el sistema terrestre se den procesos como el de la asimilación de nutrientes: "Liberan sustancias químicas perjudiciales para la tierra y para organismos como los insectos y los hongos".
Para Paola Andrea Calderón Cuartas, líder del Grupo de Investigación en Desarrollos Tecnológicos y Ambientales de la Universidad Católica de Manizales (UCM), la reutilización de las bolsas plásticas es una alternativa que reduciría los perjuicios para el planeta.
"Es una opción para reducir el consumo excesivo de este producto. Sin embargo, para intervenir este grave problema, se debe pensar en acciones estructurales para propiciar los cambios que requerimos en nuestro país, con el fin de reducir el consumismo y la cultura del descarte", apuntó.
Predijo que este será un proceso largo, que es vital para aportar al reto más importante: el de generar consciencia del deterioro ambiental que han ocasionado los seres humanos.
Beatriz Toro, docente del programa de Biología de la Universidad de Caldas, aconseja:
* Utilizar empaques distintos a los plásticos a la hora de hacer compras. Tener a la mano bolsas de tela o de malla para cargar los productos que se adquieran en tiendas o supermercados. Con eso se reduce, como mínimo, el gasto de 10 bolsas plásticas.
* Las bolsas que tengan en la casa, emplearlas nuevamente en el empaque de alimentos, en albergue de basuras, entre otros.
Paola Andrea Calderón Cuartas, líder del Grupo de Investigación en Desarrollos Tecnológicos y Ambientales de la Universidad Católica de Manizales (UCM), contó que desde la institución promovían el uso de pocillos y termos personales para evitar la generación masiva de residuos como los vasos desechables y las botellas de plástico: "También se cambiarán a los vasos plásticos de la cafetería por vasos de papel-cartón, más amigables con el planeta".
Alemania; Irlanda; China; Australia; Ruanda; Mauritania; México; Italia; Hawaii y Los Ángeles, en Estados Unidos; y Río Grande, en Argentina; son algunos lugares en el mundo que cuentan con legislación que reglamenta el uso de las bolsas plásticas ó dosifica su uso.
El representante Mauricio Gómez Amín y el senador Antonio Guerra promueven el proyecto de ley que pretende eliminar el uso de las bolsas de plástico en Colombia.
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