"¿Eso que está cayendo es ceniza?", le preguntó un indigente a un celador del centro comercial Parque Caldas, ayer a las 6:00 de la mañana, quien le respondió que sí. El inquieto se devolvió para donde sus compañeros que lo esperaban en una de las bancas del Parque Caldas a contarles la noticia. Algunos que se restregaban los ojos dejaron de hacerlo de inmediato por el ardor que les causaba.

Mientras tanto, transeúntes que iban hacia sus trabajos usaban chaquetas, sacos y pañuelos para taparse la nariz y la boca mientras llegaba el transporte o encontraban una droguería abierta para comprar tapabocas. Otros, aún adormilados, se sorprendieron al ver por las ventanas de sus casas que llovía ceniza, cubriendo los carros y calles. Otros se enteraron al prender la radio o los televisores. La ciudad, desde sus primeras horas, lucía con un manto gris.

La última vez que había caído ceniza fue hace 22 años, ocho meses y 29 días, el 1 de septiembre de 1989.

Ayer, a las 3:07 de la madrugada, se reportó la quinta señal sísmica asociada a emisión de ceniza en lo corrido de este año, pero la primera en afectar los cascos urbanos aledaños.

Se confirmó que este material cayó en Brisas y El Recreo, en el área de influencia del Ruiz, pero fue solo desde las 5:00 de la mañana que la gente en Manizales, Villamaría y otros municipios más empezó a sentir la lluvia de este material volcánico (ver mapa con municipios donde cayó ceniza 11A).

Los tapabocas fueron los primeros elementos en aparecer. En la droguería Condrogas, ubicada al frente de la clínica La Presentación, William Rivera, que estaba de turno vendió mil entre las 5:00 y 7:00 de la mañana, para él la madrugada estuvo movida.

Rebusque

Albeiro Rincón se ubicó desde las 7:00 de la mañana en la esquina de la Catedral en la carrera 23 con calle 22 a vender tapabocas a mil pesos. "Madrugué a las 6:00 de la mañana a comprar una caja para comercializarlos", comentó el hombre que se estaba haciendo su "agosto".

Pero no fue el único. Estos vendedores pulularon ayer en la mañana, y entre la Plaza de Bolívar y la Alcaldía, por la carrera 22, se contaron cinco con este producto. Jorge Hernán Aristizábal fue de los que aprovechó la situación, y ante el desempleo, buscó quién le prestara plata para comprar tapabocas y ponerse a venderlos. "¡Tapabocas a quinientos!", gritaba en plena 22.

Los vendedores de fruta y alimentos en la calle tuvieron que esperar a que dejara de caer ceniza para poder exhibir sus productos. "El que no muestra no vende. Y tocó ponerle un plástico a esto (maní) para que no se ensuciara. Como a las 10:30 (de la mañana) dejó de caer ceniza y ahí sí se lo pude quitar", comentó Silvio Alberto Restrepo.

A Liliana Parra también le tocó hacer lo mismo, pues vende fresas y uvas en el Centro y no vio de otra que esperar a que "escampara" para sacar las frutas. "Hoy no he vendido casi, y creo que ha sido por esa ceniza", dijo.

Jorge Arturo Pérez, un joven que se dedica a limpiar parabrisas en una esquina de Manizales, también señaló que no pudo trabajar ayer en la mañana. "No se debe limpiar la ceniza con agua, porque es como piedrita y se raya el vidrio. No es ético lavarlo", sostuvo el muchacho, que de todas formas llevó sus implementos de trabajo a la esquina donde siempre se ubica, pero que recogió lo que la gente le dio. "De todas formas para mí todo es ganancia", comentó.

Sin clases

Otro caso se presentó en los colegios, donde a los estudiantes los recibieron con tapabocas, y a otros, además, con la noticia de que los iban a devolver para las casas. Por ejemplo, en Colseñora, el coordinador del plantel, Carlos Alberto Flórez, llamó a los padres de familia y a los transportadores de los alumnos para regresarlos a sus casas.

"Es por salud, pero no los dejamos salir sin el permiso de los padres. Tuvimos una reunión por el set de televisión interno y tomamos esa decisión, para evitar problemas respiratorios", comentó el coordinador.

Ana María Alzate, ama de casa y madre de familia, aplaudió la idea. "Está muy bien, porque uno no sabe qué pueda pasar en el resto del día, y es mejor que los niños estén en la casa con uno", comentó.

Empresas y sistemas afectados

El Cable Aéreo a Los Cámbulos y el aeropuerto La Nubia fueron los sistemas de transporte afectados en la ciudad debido a la caída de ceniza. Según informó la Asociación Cable Aéreo, de acuerdo a las recomendaciones del constructor, deben suspender operaciones mientras cae ceniza debido a que es un medio de transporte mecánico compuesto por rodamientos que permanecen en movimiento, y este material podría dañar el sistema. La ceniza es abrasiva, genera alta fricción y podría rayar los materiales que permiten el movimiento del Cable.

Según el gerente de la Asociación, Óscar Humberto González Franco, después de la caída de ceniza debe hacerse mantenimiento para garantizar que en la estructura del cable no queden partículas que podrían obstaculizar su normal funcionamiento.

Preparados e indiferentes

Seis ciudadanos respondieron cómo se enteraron de la emisión de ceniza y qué hicieron en ese momento:

Luz Estela Ríos, Chipre
Una familiar me llamó y prendí el televisor. Tenía tapabocas y botellas de agua.

Rubén Darío Valencia, Villamaría
Por la radio. Me puse el tapabocas que tenía en mi casa y también a mi hijo, a quien llevé temprano al colegio.

Daniela Pineda, El Caribe
Cuando salí de mi casa y vi los carros cubiertos. No hice nada, pues iba de afán para el colegio.

Juan Diego Alzate, La Asunción
Cuando salí a la calle. En la casa tenía tapabocas, pero por el afán no lo saqué.

Marino Marulanda, Centro
Cuando salí a la calle. No tengo tapabocas, pero estoy tranquilo.

Jonathan Morales, La Dorada
En una emisora que se escuchaba en el taxi en que venía. No hice nada, y tampoco vi autoridades en el camino.