MARTHA LUCÍA GÓMEZ

LA PATRIA | MANIZALES

Tayler, un lobo siberiano, y Lola, una cocker spaniel, sufrieron hasta morir los rigores del envenenamiento de perros en el barrio Parque de Castilla. Los dueños suponen que es alguien que vive en el sector. El que superó los efectos de la sustancia con la que pensaban pasarlo a mejor vida fue Dante, un criollo con cruce de bull terrier.

Lola y Dante vivían en casa de los Sánchez, quienes los adoptaron. Tayler era la mascota de los Alzate quienes viven en un apartamento del conjunto cerrado Castilla Real, vecino de las casas, y a su vez era amigo de juego de Dante.

La familia Sánchez cuenta que Lola, que tenía una fractura en su pata derecha trasera, era una perrita muy tranquila, que ladraba poco. Dante, por el contrario, ladra mucho, tiene fuerza e infunde temor, aunque nunca le ha hecho daño a alguien.

"Se volaba, se metía a los jardines a hacer chichí y popó, pero lo recogíamos en bolsas. Eso a la gente no le gustaba, y alguien dijo que tocaría echar veneno otra vez. Luego Lola apareció envenenada. Eso fue el año pasado. Creemos que metieron algo debajo de la puerta, y ella, como era sabueso, lo comió. Estuvo tres días hospitalizada y se salvó", cuentan los Sánchez.

Pero el destino lo tenía trazado. A finales de febrero de este año en el antejardín de la casa vieron algo parecido a un trozo de chuleta. Horas más tarde la perrita presentó otra vez síntomas de envenenamiento y esta vez sí murió.

Siguió

Sin terminar de hacer el duelo por la pérdida de Lola, a la familia Sánchez le tocó revivir el drama. El pasado viernes en la noche sacaron a Dante al parque contiguo a la casa, y allí llegó también Tayler. Jugaron, se revolcaron en el pasto, corrieron. Todo como de costumbre.

Hacia las 2:30 de la mañana recibieron una llamada de los Alzate. Acongojados les contaron que Tyler había muerto por envenenamiento. No se explicaron en qué momento ocurrió porque había tres personas cuidando los dos perros. Hasta esa hora Dante no había mostrado síntomas, pero más tarde comenzó a padecer.

Al hijo de los Alzate, la muerte de Tayler lo tiene deprimido. "El perrito llegó cansado al apartamento. Nos acostamos, pero como a la 1:30 de la mañana daba alaridos, se revolcaba, vomitaba y hacía popó. Se arrastraba porque no podía caminar. Cogimos un taxi y el conductor nos dijo que olía a veneno para ratas, que a él le habían matado un perro así. Prácticamente murió en el taxi porque no encontramos veterinarias abiertas. Todo esto fue muy doloroso", indican los Alzate. Ambas familias piden ayuda de las autoridades para frenar la situación.

Que respeten

Ana Patricia Ceballos lleva 15 años en el barrio y dice que el envenenamiento es por descuido de los dueños de los perros. "Quienes tenemos antejardiínes los cuidamos, y ellos dejan salir a los perros a que hagan sus excrementos y no los recogen. No estoy de acuerdo con que los maten, lo único que necesitamos es que nos respeten nuestras viviendas. Somos vecinos, nos tenemos que cuidar y colaborar, pero si no respeto lo del otro, cómo me van a respetar lo mío. Si aman tanto a los perros por qué les permiten defecar en predios de los vecinos".

Denunciar

Ricardo Alberto Rincón, jefe (e) de la Unidad de Seguridad y Convivencia Ciudadana en la Secretaría de Gobierno Municipal, explica que la Ley 1774 del 2016 que modifica el Código Civil crea un título nuevo en el Código Penal e indica que si a una mascota se le causa la muerte o lesiones que menoscaben su salud física, constituye un delito e incurre su responsable en una pena de prisión entre 12 y 36 meses, inhabilidad especial de uno a tres años para el ejercicio de la profesión o el oficio y multa entre 5 y 60 salarios mínimos mensuales legales vigentes. "Como amparo judicial, el ciudadano puede formular la denuncia en la Sala de Denuncias de la Sijín".

A adaptar los perros

El psicólogo Juan Carlos Salazar indica que existe el bienestar humano y el bienestar animal. Para muchas personas, los los perros forman parte de la estructura familiar, los han ido humanizando e incluyendo a nivel de derechos. Para otras personas es el protector o el vigilante. "El problema no son los perros, es que quienes quieren los perros no hacen cumplir las normas reales. Los parques de nuestra ciudad se volvieron parques para perros y no para niños. Esto produce ira y rabia en quienes no les gustan lo que hacen los perros, es una respuesta emocional. Si tengo un perro debo ser responsable de lo que haga y tengo que adaptarlo. Sin embargo, hay personalidades perversas en los seres humanos, gente que se toma la ley por su propia cuenta, y otros que tienen un trastorno mental y llegan a extremos de matarlos".

Piden atención

Orlando Muñoz

Estamos preocupados. Hace años se habían presentado estos hechos, pero las autoridades dicen que para denunciar debe ser contra alguien, estamos bloqueados. Ya no saco a Apolo al parque. Pedimos que pongan una cámara.

Gloria Mercedes Olmos

Me parece algo inhumano e injusto, son animalitos que no le hacen mal a nadie. No podría decir quién lo está haciendo.

Miriam Patiño

Cuando llegamos, hace 13 años, también envenenaron como a 35 perros. Hay gente que no es muy amante de ellos y tampoco comparte que otras personas los tengan. Está pasando lo mismo.

Cristian Eduardo Vargas

El envenenamiento sucede porque muchos dueños no levantan las heces de los perros, y buscando un bienestar para el barrio algunos hacen eso. No es un buen camino. Deberían hablar con los dueños para que cumplan las normas.

Rodrigo Cardona, habitante del conjunto Rincón de Castilla

Quien hace eso tiene que ser loco, una persona normal no lo hace. Todo el que saca el perrito lo hace para el monte, donde no perjudican a nadie, ni siquiera los callejeros que se ven por la noche.

Síntomas

José Luis Díaz, médico veterinario y zootecnista, explica que los envenenamientos son de muchos tipos y que en cualquier caso lo indicado es identificar, en lo posible, la fuente del envenenamiento, y acudir de inmediato a un centro veterinario. "En un perro intoxicado el cambio de actitud es el principal síntoma, y viene acompañado de vómito, fiebre, diarrea, convulsiones y salivación profusa, según la sustancia".