Sacerdotes elogian al padre Óscar González Villa

LA PATRIA | Manizales

Un intelectual y un gran ser humano es la descripción resumida en la que coinciden sus compañeros sacerdotes, al recordar al padre Óscar González Villa, quien falleció el pasado jueves en Manizales.
El padre Leopoldo Peláez lo recuerda por su gran condición humana. “Un sacerdote íntegro como ninguno, un ser de muy altas calidades humanas... una persona inigualable de buena”.
Con no menos elogios lo pinta el sacerdote Fernán Llano, quien destaca su legado como formador de sacerdotes. “Era un intelectual, un gran orientador, supremamente recto, honesto y sencillo”.
En el mismo sentido se refiere el padre Alirio Ramírez, quien fue su compañero desde cuarto de primaria en Pensilvania (Caldas) y que después se ordenaron sacerdotes por la misma época en la década de los 70.
Ramírez lo recuerda como un gran estudioso, amante de la lectura de la Biblia. “Era un ser muy preparado y profundo, un excelente ser humano, que se destacó además por su vida austera y sencilla”.

¿Quién era?
El padre Óscar González Villa nació en Alcalá (Valle del Cauca) el 8 de mayo de 1949. Cursó el bachillerato en el Seminario Menor de la Arquidiócesis de Manizales, realizó sus estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de Manizales.
El religioso recibió su ordenación para la Arquidiócesis de Manizales el 17 de noviembre de 1973 y obtuvo la Licenciatura en Sagrada Escritura del Pontificio Instituto Bíblico de Roma.
Se desempeñó como vicario parroquial en la Basílica Menor la Inmaculada Concepción (Salamina), fue delegado arzobispal para la Pastoral Vocacional, Párroco del Monte Carmelo (Santa Rosa de Cabal), y luego rector y formador del Seminario Mayor de Manizales.
En la actualidad se desempeñaba como Canciller de la Arquidiócesis de Manizales.