LA PATRIA | MANIZALES
El 1 de abril del 2012, en el barrio La Sierra, de Medellín, un patrullero accionó su fusil y acabó con la vida de Wílmar Castillo Cabezas, conocido como la Vaca e integrante de una banda delincuencial de esa zona.
Desde entonces, el uniformado, natural de Manizales, y un compañero suyo enfrentaron un proceso por homicidio culposo y peculado culposo. El pasado 4 de febrero, un Juzgado de Instrucción Militar los absolvió por considerar que se defendieron de los ataques y que la pérdida de un radio de comunicaciones fue consecuencia de la asonada que enfrentaron.
Atendieron una riña
Los uniformados acudieron en una moto a atender una riña, pero cuando llegaron se encontraron con unas 80 personas, por lo que solicitaron apoyo. Se bajaron del vehículo, pero cuando intentaron detener la pelea, los atacaron con piedras, palos, botellas, sillas y hasta a bala.
Debido a que la ayuda se demoró, optaron por abordar la moto y salir del sitio, pero la turba no los dejó y cinco sujetos se lanzaron sobre el caldense, lo agredieron y le quitaron el radio.
Su compañero intentó socorrerlo, pero una pedrada en la cabeza lo desestabilizó. Vio cuando le intentaban quitar al otro agente su fusil y en medio del forcejeo sonó un disparo que impactó en el vientre de Castillo Cabezas. La gente se dispersó y repelieron el ataque a bala, que provenía desde la montaña y una casa.
Cuando buscaron la moto. la encontraron en llamas. Los refuerzos llegaron en ese instante y evacuaron a los uniformados. Los manifestantes también quemaron un carro particular.
Testigos relataron que la pelea se dio entre dos sujetos conocidos como Edimer y Roña. El hoy occiso se metió a defender al segundo y se generó una riña entre varias personas.
El Juzgado también manifestó su inquietud porque durante una inspección judicial para la reconstrucción de los hechos, en noviembre pasado, recibieron a bala a la comitiva. Durante 45 minutos los asediaron y les lanzaron artefactos explosivos. Un policía que prestaba seguridad sufrió una herida en una pierna.
El abogado defensor del manizaleño celebró la decisión por tratarse de un acto de legítima defensa en una delicada comuna de Medellín. Recordó el ataque del que fueron víctimas y cómo sus vidas estuvieron en riesgo.
"Lamentable que mi defendido haya tenido que salir de la Policía y haber perdido su trabajo, exponer su vida y quedar sin garantías. Eso fue justicia, pero no justicia frente a su actividad laboral por un acto valiente que debió haber sido condecorado, muchos entregan sus vidas y sin ninguna retribución del Estado", reclamó el representante.
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