MARTHA LUCÍAGÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
Bendecido resultó Luis Nivita Mamatacán Atzui, indígena kogui del corregimiento Dibulla, en la Guajira. La madre universal, Jaba, le regaló dos padres. El biológico lo formó, y otro, en Manizales, le dio todo para que fuera abogado.
Luis tiene 25 años, llegó a los 9, y el pasado 29 de septiembre se graduó en la Universidad de Manizales. Está a punto de regresar a la Sierra Nevada, donde su familia de origen y los mamas. Allí tiene un compromiso de palabra.
Su historia comenzó desde antes de nacer, cuando el cirujano pediatra manizaleño Óscar Salazar Gómez viajaba a la Sierra a investigar de arquitectura, templos y puentes Koguis. Se encontró con los mamas y ellos le pidieron ayuda para educar a niños en la capital de Caldas. Eran tiempos de guerrilleros, paramilitares y narcotraficantes.
El médico había traído indígenas de otras regiones de Colombia, pero el impacto de llegar a una ciudad a aprender otra cultura no daba buenos resultados y se devolvían.
La lucha
Luis recuerda el desplazamiento y los robos a los que fue sometida su familia, las violaciones a niñas, el colegio que tuvieron que cerrar y los tres años de estudio que perdió. Su padre murió por una mordedura de culebra, veneno que no pudieron contrarrestar. Dejó seis hijos con su madre. Se sentían muy solos. A Luis le tocó dedicarse a traer leña, a coger café, a arriar mulas.
"Estaba triste y le decía a mi familia que quería estudiar y aprender español. La única forma de hablar con esos invasores era esa. En la nueva comunidad había religiosas y una de ellas se acerca y me dice: si usted fuera un líder ¿que haría? Salvaría a la comunidad kogui. ¿Se iría a estudiar a otra parte y regresaría? Sí, iría a aprender y regresaría a cambiar muchas cosas".
Los mamas lo escogieron a través de consultas con Jaba y otros dioses. El médico Salazar Gómez accedió a traerse para Manizales tres niños, entre ellos Luis Nivita.
En formación
"Éramos niños con baticas blancas, pues nunca quisimos dejar nuestras costumbres, hasta piropos nos hacían. El doctor Salazar buscó varios colegios y encontró el de la Colonia Escolar del Comité de Cafeteros. El profesor mandaba por escrito lo que teníamos que hacer, pero no entendíamos nada. Cuando el doctor regresaba de trabajar en el Hospital Infantil, nos enseñaba, de 10:00 de la noche a 1:00 de la mañana".
De los tres niños kogui que llegaron a terminar primaria, Luis fue el único que continuó. El bachillerato lo hizo en el Colegio San Gabriel, que también se lo consiguió y pagó Salazar Gómez, y a donde llegó con su impecable traje blanco, tejido por él mismo en plena paz, como acostumbra esta comunidad indígena.
Le comenzó a impresionar la contaminación física y espiritual de la gente, pues los Koguis poco usan tecnología y su espíritu mantiene tranquilo, sin estrés ni odios. "Si no hubiera sido por los mamas no hubiera sido capaz de estudiar en la Universidad". Al final de cada semestre Luis viajaba a la Sierra para recibir una limpieza y quedaba "como nuevo".
Tampoco cayó en la tentación de probar drogas, ni en el consumo de licor ni en el sexo desenfrenado, como veía en otros jóvenes. Los valores que le enseñó su padre biológico, del respeto a la vida y a la madre naturaleza, los tiene presentes. "Fui de pocas fiestas. Mi obligación era venir, estudiar, aprender y regresar. Vine a descubrir, no a parrandear".
La otra paternidad, la del médico Salazar Gómez, no solo fue un rol económico. Cuando Luis salía el doctor lo llamaba y estaba pendiente de su llegada. También pedía que le mostrara las notas escolares y hasta por los ceros lo felicitaba. "Me decía, las notas no dicen nada. No había miedo, me aconsejaba. Entendí que podía estudiar más y ser como mi papá que fue un líder. Desde que llegué quise estudiar Derecho".
De profesional
Salazar Gómez le pedía a Luis que lo acompañara a ver pacientes. "Me sacaba a todas partes y fui perdiendo la timidez que me caracterizaba. Su familia se convirtió en mi segunda familia, me acogieron".
A este joven indígena le había llegado la hora de ingresar a la universidad. En las pruebas no le fue muy bien, por lo que tuvo que insistir y ocupó el cuarto puesto. "Esto me hizo pensar como indígena que la Constitución es muy bonita, pero en la práctica no hay nada. No tuve beneficios del Estado para estudiar. Fue mi papá, mi ser superior en Manizales, el doctor Óscar Salazar Gómez, quien me educó, me pagó toda la carrera".
De universitario, dice que empezó a aprender la malicia, a ver cómo engaña la gente. En sus visitas a la Sierra, con los mamas, estudiaba los libros y las enseñanzas que le daban para aprender de justicia, pero de otra forma, la justicia indígena.
Su plan ahora, ya graduado de abogado, es regresar a su tierra para seguir aprendiendo. "La justicia acá es castigar y en la Sierra es organizar, pensar en colectivo. Mi sueño grande es llegar a ser congresista de Colombia, pero antes debo aprender el Derecho Natural, aquí estudié el Derecho Positivo. Cuando lo aprenda ya podré ejercer. Tengo que ser un abogado distinto, mucho mejor que los demás, un intermediario de mi comunidad con el Estado, y luego vendrá la política".
En medio de libros, de pinturas indígenas, de mochilas, de objetos que nunca le hicieron olvidar sus ancestros ni su tierra, Luis Nivita Mamatacán Atzui termina de empacar las pocas pertenencias para volver a la Sierra Nevada y cumplir con su promesa de niño: salir, estudiar y volver a cambiar muchas cosas.
* "Voy a necesitar mucha gente de acá (Manizales) y el apoyo de la Universidad, donde tuve muchas oportunidades, para lograr lo que quiero en mi comunidad".
* "Pero no me iré del todo. En algún momento voy a regresar porque aquí también está mi casa".
* "Cuando tenga unos años allá voy a salir a hacer la especialización".
* "Si después de graduado salgo y monto una oficina, me vuelvo un abogado rico, qué dirán de mí, me desconocen. Recibiría miles de críticas, porque cómo dejo a mi comunidad sufriendo hambre".
* "Mi aspiración no es conseguir plata. Quiero ser primero una buena persona. En la Sierra apenas empiezo la profesión, no es nada mi grado, es apenas un título".
* "Si el doctor no me hubiera educado estaría en la Sierra detrás de mulas y de cultivos".
* "A mi padre en Manizales no lo puedo dejar, siempre estaré pendiente de él".
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