Las dificultades son retos para esta profe

MARGARET SÁNCHEZ
LA PATRIA | MANIZALES

Brayan Steven Giraldo, de 14 años, se levanta a las 4:45 de la mañana para para ir al colegio. Vive en el barrio Villahermosa y estudia en la escuela de la vereda Buenavista, corregimiento de Río Blanco.
A pesar de la distancia, él y sus papás prefieren madrugar un poco más, porque desde hace dos años  no pierde un grado y este año está por terminar quinto. "Repetí dos veces segundo y tercero. Acá me concentro más, me gusta que es callado y no pasan tantos carros", comenta Brayan.

Él se convirtió en el símbolo del proceso que el Instituto Integrado La Sultana empezó con los estudiantes de primaria que reportan problemas de disciplina, socialización o extraedad.

"Hablamos con los papás y les planteamos que en la sede Buenavista el niño podía tener una educación personalizada, con transporte escolar y refrigerio. No queríamos que dejara de estudiar, sino que tuviera un espacio para mejorar", señala el rector Bernardo Antonio Hernández.

La alternativa no sólo benefició a Brayan, sino que sirvió como salvavidas para la escuela de Buenavista, que en el 2012 tenía cinco estudiantes. "Una escuela no se puede cerrar y no se va a cerrar por culpa mía, si hay que acoger niños que necesitan apoyo, pues los recibo con amor", expresa Luz Estela Posada, profesora allí desde hace 20 años.

El proceso
Ella aceptó el reto de educar a Brayan y dos años después destaca el cambio. "Es un niño que necesita atención todo el tiempo. Tenía dificultades de adaptación y atención, pero ya va a finalizar quinto", cuenta con orgullo.

Ahora Brayan es su mano derecha, la ayuda a abrir y cerrar los salones, a repartir los refrigerios, entre otras tareas. "Lo que me gusta de ser maestra es ver el progreso en estudiantes con dificultades", indica la docente.

El avance de Brayan hizo que la escuela pasara de cinco alumnos a 12. El rector continuó con la iniciativa y seis padres más han aceptado el cambio. "Lo complicado es que en Buenavista la población es adulta y cuando una familia que tiene tres hijos se va, la escuela se queda sin niños", comenta Hernández.
Luz Estela dicta clase de segundo a quinto de primaria, a veces la acompaña una profesora de artística y otra de inglés. "Vemos la misma área, pero con diferentes temas. Los de segundo tienen rompecabezas, mientras los de cuarto están en el computador y los de tercero guías. Toca buscar todos los medios", explica.

Dificultades
Agrega que a veces la dificultad es el transporte, porque cuando el Municipio no lo paga, los niños tienen que recurrir a la lechera, un campero que recoge la leche en las fincas, que pasa a las 6:15 de la mañana y al mediodía tienen que caminar hasta Milán, unos 3,5 kilómetros. "Vivo en la Alta Suiza, así que los acompaño. Nos tardamos unos 45 minutos. Hay cinco niños que viven en La Sultana, La Cumbre y la Baja Suiza", apunta Luz Estela.

También indica que aunque tienen refrigerio, falta el servicio de almuerzo, porque los niños estudian de 7:00 de la mañana a 1:00 de la tarde, y tienen que esperar hasta sus casas.

El rector del Instituto Integrado La Sultana, Bernardo Antonio Hernández, dice que están en la gestión de la alimentación para Buenavista.

Luz Estela espera que otras instituciones de Manizales apliquen este modelo para que los niños con extraedad o problemas de disciplina no abandonen sus estudios, sino que tengan un manejo adecuado.

Desde la Alcaldía
Fabio Hernando Arias, secretario de Educación de Manizales, indicó que están realizando los censos en los colegios de la ciudad para detectar los niños que abandonaron sus estudios por bajo rendimiento, indisciplina y extraedad. "La idea es buscar la posibilidad de que regresen y reforzar en la contrajornada las áreas débiles, que casi siempre son escritura y matemáticas". Añadió que cuando los estudiantes recuperen los logros tendrían promoción directa al siguiente grado.