La fe movilizó a centenares de manizaleños

LA PATRIA | MANIZALES

Ni siquiera la lluvia impidió que la multitud que asistió a la procesión del Corpus Christi se dispersara, pues la fe y devoción por Jesús fue más fuerte. Los católicos cumplieron la cita que programó la Arquidiócesis de Manizales a las 5:30 de la tarde.

El Corpus Christi es una alabanza al cuerpo de Cristo. "Es el santísimo sacramento, la presencia de Jesús con nosotros. Esta celebración es muy importante porque alimenta la fe, fortifica la esperanza y nos alienta a seguir nuestra vida", explicó monseñor Gonzalo Restrepo, arzobispo de Manizales.

Algunos asistentes llegaron con velas, otros con rosas y muy pocos con novenas; varios sostenían pasacalles, pendones y pancartas alusivas al Corpus Christi. La fila iba desde la calle 45 hasta el parque de Los Enamorados. También participaron alumnos de colegios católicos.

Durante el trayecto ubicaron 12 altares, en los que el arzobispo expuso al Santísimo ante los feligreses y luego ofició una oración. "Es hermoso y admirable que a pesar de la lluvia la gente continuó en la procesión, porque la fe es más grande que las inclemencias del tiempo", dijo monseñor Restrepo.

En la Plaza de Bolívar terminó el recorrido en el que el arzobispo celebró una misa para conmemorar el festejo católico.

Trascendencia

Algunos asistentes comentaron la importancia de esta celebración en sus vidas.

Amparo Quintero, Centro

Es el Señor vivo que sale a las calles para que lo veneremos y pidamos por nuestras necesidades.

Gloria Chica, Centro

Es muy importante para mí porque es la presencia de Jesús en cuerpo y sangre.

María Cecilia Rentería, religiosa

Es celebrar el misterio de Cristo para que renovemos su experiencia de vida y fortalezcamos nuestra fe y espíritu.

José Ignacio Aponte, religioso

Es llegar a asumir un compromiso con Jesús, estar con él en su cuerpo y sangre.

Islena Patiño, La Isla

Renueva mi fe en Jesús y es otra oportunidad para pedirle que intervenga en las necesidades de mi familia.

Personas de todas las edades llegaron a la eucaristía, la mayoría preparados para la lluvia.