Familia, costumbres y tesoros

Tienen un pesebre en madera de 15 años de antigüedad. Cada diciembre se reúnen unos 40 personas en la casa familiar. Ocasión.

MARGARET SÁNCHEZ

LA PATRIA | MANIZALES

En diciembre unos prefieren decorar el interior de su casa con las mejores figuras del pesebre e instalar luces en ventanas y puertas. Otros se esfuerzan para que los vecinos vean sus más preciados tesoros de Navidad.

En la carrera 32 con calle 105C del barrio La Enea, la casa de la familia Betancurt Arcila resalta con unas figuras infantiles en madera de María, José, los Reyes Magos, el buey y la mula. Estas están ubicadas en el césped del patio que da a la calle.

Los adornos están en tan buen estado que no reflejan los 15 años que tienen. Doña Mabel Betancurt recuerda que sus tíos los mandaron a hacer y que cada año los envían a un taller de pintura para que los retoquen.

Los que más disfrutan con el pesebre son los nietos de Doña Mabel, porque las figuras tienen su mismo tamaño. Dice que en ocasiones entre juegos y risas, los niños se camuflan en la instalación.

Encuentro

En esta época, la casa de los Betancurt Arcila se convierte en punto de encuentro de familiares que viven en La Enea y en otras ciudades del país. Desde el primero de este mes recibió a su nieto Rafael, de 3 años, que vive en Ibagué.

“El 20 de diciembre empiezan a llegar mis hijas que están en el Tolima y otros familiares desde Cúcuta. Mi mamá vive a una cuadra de aquí, al igual que unos tíos. En Nochebuena y Año Nuevo nos reunimos casi 40 personas”, cuenta doña Mabel.

Agrega que guardan la costumbre desde que sus abuelos llegaron hace unos 100 años de los municipios de San Félix y Salamina cuando La Enea era una vereda. La casa conserva la estructura original, las columnas, pisos y paredes en madera, parece una finca en medio de construcciones en cemento y concreto.

Los Betancurt Arcila son una muestra de muchas familias que aprovechan la Navidad para compartir y demostrar esa magia especial que surge en los últimos 31 días del año.