LUISA MARÍA HURTADO
LA PATRIA | MANIZALES
En septiembre pasado Jhon Fredy Díaz, director de las casas de la Cultura en Manizales, llamó al artista Germán Salazar para que hiciera un proyecto de embellecimiento, por $3 millones, en el Parque José María Escrivá de Balaguer, más conocido como el parque de las garzas, en Palermo.
La condición, según Salazar, era tener dos personas que le ayudarían durante la intervención. A mediados de ese mes llevó el proyecto Murales de Vida al Instituto de Cultura y Turismo (ICT) de Manizales, que consistía en un tema lúdico que involucraba animales y plantas. Pasaron dos meses y no obtuvo respuesta.
Se dio cuenta de que varios colectivos estaban pintando murales en la ciudad. Se trataba del Festival de Arte Urbano.
La cita
El 19 de noviembre, Salazar pregunta de nuevo en el ICT por su proyecto. Le presentan a Alexánder Rodríguez, director de la Casa de la Cultura Atardeceres, en Chipre, que se encargaría de la iniciativa. Lo cita al día siguiente en el parque para arrancar. Cuando llegó se dio cuenta que ese espacio también hacía parte del Festival. "Me pareció extraño ver a los chicos allí porque se suponía que ese parque yo lo iba a intervenir".
El artista dice que Rodríguez le manifestó que le iban a pagar $800 mil y que a los jóvenes $80 mil. "Por necesidad y porque me convenció acepté el trabajo".
Su trabajo consistía en pintar 19 bancas del parque. El contrato que hicieron fue verbal, pero el artista dice que Rodríguez se comprometió a pasarle un contrato firmado por la suma acordada.
Le incumplieron
Asegura que empezó con su trabajo, pero nunca recibió el documento ni el acompañamiento prometido. Algunos vecinos le decían que su trabajo estaba quedando bonito y le pedían pintar animales.
El 2 de diciembre, sostiene el artista, Rodríguez lo llamó para anunciarle que su proyecto no iba más, que era orden del gerente del ICT debido a que habitantes de Palermo no les había gustado lo pintado hasta el momento. De 19 bancas, empezó a pintar 14, pero terminó 9. A finales de diciembre se da cuenta que el trabajo que alcanzó a hacer ya no existía. Sobre él habían pintado grafitos y mensajes. "Lo que más me duele es que pintaron de negro, color que nunca utilizo", expresó el artista.
La queja
Para compensar dicha acción, le pidieron al artista hacer un taller lúdico en Chipre, el 18 de diciembre, con un contrato por $400 mil, que le pagaron en febrero pasado. Aceptó este trabajo porque necesitaba la plata que no le dieron por el trabajo anterior.
"Me parece un irrespeto, no haberme pagado por el contrato del parque de las Garzas. Mi tiempo y trabajo valen".
El artista dice que la Contraloría mandó un oficio al ICT, y aunque contestó, no fue lo que esperaba porque se limitaron a responder por el contrato de Chipre y no el del parque de Palermo. "No respetan a las personas que trabajamos con el arte", concluyó.
No llenó las expectativas
Rodríguez, explicó que el trabajo en Palermo lo dividieron en dos. El colectivo, que estaba a cargo del Festival, intervino la parte alta del parque y por eso decidieron que Salazar pintara la baja, pero sostuvo que el artista no cumplió con las expectativas de la comunidad y le suspendieron la labor.
"El error del maestro fue aceptar un trabajo que no sabe manejar. Su fuerte son las telas. Confiamos en que podía hacerlo. La comunidad fue la que decidió que no iba más".
Manifestó también que es ilógico pagar por un trabajo que iba en la cuarta parte y que duró tres días. La solución fue contratarlo por escrito en un trabajo en el que pudiera responder.
Salazar espera recibir una pronta respuesta del ICT. Dio a conocer su caso porque cree que es importante que las personas se den cuenta de este tipo de atropello.
ICT llamará la atención
El gerente del Instituto de Cultura y Turismo, Juan José Silva, manifestó que no hubo un contrato entre esta entidad y el artista Germán Salazar, como sí existió con Alexánder Rodríguez, como intermediario. "Hablé con esta persona (Rodríguez), cabeza del colectivo de artistas, para que de buena manera arreglara la diferencia con el maestro".
Silva sostuvo que algunos vecinos del parque llamaron al ICT porque no estaban de acuerdo con el trabajo y pidieron que el colectivo de artistas pintara todo el parque.
Sobre los contratos dijo que mantienen una observancia estricta de la Ley 80 de contratación pública. "No contratamos personas individuales sino colectivos y lo hacemos por escrito, no verbal".
Agregó que creyó que la situación se había subsanado y que hablará con el contratista para determinar si hay que hacerle un llamado de atención o incluso una sanción. Así mismo, dijo que revisará el tema porque es injusto que no se le haya pagado a un artista que hizo su trabajo.
Dice la comunidad
Miembros de la Junta de Acción Comunal y de la Junta Administradora Local de Palermo manifestaron no saber del tema. Solo conocen del proyecto con el colectivo que intervino el parque durante el Festival el año pasado. Aseguraron que el trabajo gustó mucho.
Una habitante del barrio mencionó que vio al artista pintando unas bancas, pero también escuchó de algunas personas descontento con el trabajo.
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