En el aula, dos amores distintos y un sueño

RICHARD AGUIRRE

LA PATRIA | MANIZALES

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo".

La frase se la atribuyen a Benjamín Franklin y resume con certeza, la historia de los esposos Arias García, que hoy cumplen 51 años de casados. El sábado, cuatro años después de tomar nuevamente el lápiz y el papel, lograron su cometido: graduarse de bachiller.

El logro

Doña Amanda García tiene 69 años de edad y califica como maravilloso el hecho de cumplir un sueño que se vio truncado en su juventud, pues ni ella ni su pareja, tuvieron la oportunidad de estudiar. "Hubo momentos difíciles, pero con esfuerzo, dedicación lo logramos. Nunca es tarde para aprender", señala doña Amanda.

El proceso no fue fácil. Mayo del 2014 se convirtió en una especie de montaña rusa de emociones. Doña Amanda se accidentó y sufrió una fractura en su pie izquierdo. Don Humberto, con el afán de dedicarse a su amada, consideró la posibilidad de retirarse del colegio, pero no lo logró, pues en el colegio le brindaron la posibilidad de llevar las guías y tareas a casa para que su esposa continuara su aprendizaje. "Siempre la apoyé y le llevé las guías. Los profesores nos apoyaron mucho", dice, sonriendo, don Humberto, quien señala con cariño a los profesores de la jornada sabatina del Instituto Integrado La Sultana.

A su esposa le brillan los ojos y le reconoce la labor a su mejor compañero de clases. "No tengo palabras para agradecerle", lo mira.

El orgullo no es solo de ellos, la familia también los acompañó durante la ceremonia. Su nieta Laura Vásquez estaba a cargo de organizar la corbata, revisar los aretes y ayudar a poner la toga y el birrete. Ella, sonriente, sacaba el pecho por sus abuelos, pero la que habló fue su madre Gloria Inés Arias García, hija de don Humberto y doña Amanda. "Son un ejemplo de superación. Nos enseñan que no hay barreras y siempre hay tiempo para todo", comenta Gloria Inés.

Ahora la tarea que sigue es empezar a estudiar inglés, pues tienen un hijo que vive en Estados Unidos y desean ir a visitarlo.

Ayer celebraron durante la eucaristía de las 10:00 de la mañana su logro. "Tendremos que festejar el otros mes, porque me pagan hasta el 5", dijo el esposo.

Otro ejemplo

El otro ejemplo durante la ceremonia fue el de Luz Amparo Rave y Daniel Fernando Cuellar Rave, madre e hijo, quienes también concluyeron su sueño de hacerse bachilleres. "Lo hice por él, porque tiene problemas de aprendizaje, entonces quería sacarlo adelante", dice doña Luz Amparo.

Frente a este sueño, Daniel Fernando reconoce que todo lo hace por motivación de su madre, pues desde que se padre falleció, ella ha sido la guía perfecta en su camino. "Sin ella no podré llegar a donde pienso. Mi anhelo es que siempre se sienta orgullosa de mí", asegura.

Ambos están convencidos de que todo en la vida es más fácil cuando sus manos se unen para sacar adelante los proyectos. "Todo lo superaremos en familia, como lo estamos haciendo ahora", dice Daniel Fernando.