Mario Villar
Efe | LA PATRIA | Naciones Unidas
La pandemia del coronavirus y las tensiones internacionales, sobre todo entre Rusia y sus vecinos europeos, marcaron en Naciones Unidas la conmemoración del 75 aniversario de la derrota del nazismo.
Cerca de medio centenar de ministros y representantes de un total de 80 países participaron en una reunión por videoconferencia del Consejo de Seguridad de la ONU con el fin de recordar el fin de la Segunda Guerra Mundial en Europa y discutir cómo evitar nuevos conflictos.
El presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, sostuvo que ahora hay que liberarse de la tentación de un nuevo nacionalismo y aseguró que si actualmente el mundo confía en Alemania es porque el país ha asumido su historia.
"Los pueblos del mundo nos han dado nueva confianza. No hay patriotismo alemán sin quiebres. La historia alemana es una historia rota", aseguró.
Tensión
Polonia, Ucrania, los países del Báltico o Georgia subrayaron cómo para sus ciudadanos el sufrimiento no se terminó en 1945, sino que se extendió durante décadas por culpa de la ocupación soviética.
El ministro de Exteriores de Estonia, Urmas Reinsalu, denunció la agresividad de las actuales políticas del Kremlin, mientras que el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, criticó los intentos de reescribir la historia para "demonizar" a Moscú y habló del aumento del racismo, del discurso del odio y de los movimientos neonazis en Europa, con Ucrania como el escenario más claro.
La crisis del coronavirus
Las dos grandes potencias de la actualidad, Estados Unidos y China, en medio de un duro enfrentamiento por el coronavirus, fueron más sutiles.
El embajador chino ante la ONU, Zhan Jun, sin mencionar al Gobierno de Donald Trump, subrayó que es necesario combatir la politización de la pandemia y lamentó que haya quien no asuma sus responsabilidades para tratar de lograr beneficios políticos.
Por parte estadounidense, el secretario de Estado adjunto, Stephen Biegun, pidió liderazgo para combatir la pandemia y acusó a algunos Gobiernos de promover el autoritarismo y no querer aprender de errores del pasado.
Pese a las diferencias, la mayoría coincidió que la pandemia es la mayor crisis internacional desde la Segunda Guerra Mundial, que puede servir como una oportunidad para hacer un mundo mejor, más estable y más justo.
“Empezamos a entender cómo la salud humana y la salud planetaria están conectadas y cómo las desigualdades existentes nos hacen más vulnerables. Esta crisis es una oportunidad para reconstruir mejor, igual que nuestros predecesores reconstruyeron un mundo mejor de las cenizas de la guerra", Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea."Tenemos que mantener Europa unida, si no lo conseguimos no somos dignos del 8 de mayo. Si Europa fracasa, fracasa el 'nunca más'".
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