LUIS MIGUEL PASCUAL
EFE | LA PATRIA | ALPES
La Gendarmería francesa completó ayer la labor de recuperación de los cuerpos de las víctimas del A320 de Germanwings que se estrelló la semana pasada en los Alpes franceses, gracias a que la apertura de una vía terrestre hasta el lugar del drama permitió acelerar los trabajos.
Las labores se centrarán ahora en extraer del valle de los Trois Evêchés objetos personales de los fallecidos, que pueden contribuir a su identificación, una tarea que los investigadores calculan que puede durar entre dos y cuatro meses.
También seguirán buscando la segunda caja negra, la que contiene el registro de todos los parámetros de vuelo del aparato, con lo que pretenden completar la secuencia del accidente.
La primera de las cajas negras, que contiene la grabación de los sonidos de la cabina, recuperada el mismo día del accidente, ya permitió establecer una hipótesis muy clara de las circunstancias del mismo.
La Fiscalía francesa sospecha que el copiloto, Andreas Lubitz, se encerró en la cabina cuando el comandante salió al baño y estrelló voluntariamente el aparato.
La reputada Oficina de Investigación y Análisis (BEA) indicó ayer que la segunda caja negra puede completar los datos de la primera con los parámetros de vuelo.
Pero, como suele hacer tras cada accidente, la BEA buscará también detectar eventuales fallos en el control de los vuelos para evitar que se repita este tipo de accidente.
En particular, indicó la BEA, en este caso estudiarán el sistema de cierre de las cabinas de pilotaje y los procedimientos de acceso a las mismas.
Desde los atentados del 11-S en Estados Unidos, las cabinas de pilotaje están dotadas de una puerta blindada que se puede bloquear totalmente desde el interior para impedir el acceso de terroristas.
Presuntamente fue ese protocolo el que utilizó Lubitz para aislarse en el interior y estrellar el aparato.
En paralelo a las labores de rastreo en la zona afectada, la región sur de los Alpes franceses sigue siendo un centro de peregrinaje de las familias de los fallecidos, en particular, la modesta estela levantada en el pueblo de Le Vernet, el más cercano a la montaña donde se estrelló el avión.
El fin de semana se espera una gran afluencia de familiares, puesto que es festivo en Alemania y en España, países de procedencia de la mayor parte de las víctimas del vuelo que cubría la línea entre Barcelona y Düsseldorf.
Lo que está descartado es que los familiares puedan acceder hasta el lugar del accidente, porque tanto el camino abierto como la vía aérea es utilizada de forma prioritaria para las necesidades de la investigación.
La Gendarmería indicó que será la compañía Lufthansa la que se encargue de la limpieza y acondicionamiento de la zona del accidente.
Copiloto informó de una depresión
El copiloto Andreas Lubitz, sospechoso de haber estrellado de forma deliberada en los Alpes franceses el avión de Germanwings, informó en 2009 a la escuela de vuelo de Lufthansa de que había superado "un episodio grave de depresión", tras haber interrumpido durante varios meses su formación. La aerolínea alemana informó ayer este nuevo dato tras realizar investigaciones internas y enviar a la Fiscalía de Düsseldorf documentos adicionales sobre la formación de Lubitz y su historial médico, que incluye un correo electrónico del copiloto a la escuela de vuelo sobre su depresión.
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