LUIS MIGUEL PASCUAL
EFE | LA PATRIA | PARÍS (FRANCIA)
70 países y organizaciones internacionales concluyeron ayer en París una conferencia para dar aliento al estancado proceso de paz entre palestinos e israelíes, aunque estos no acudieron a la cita.
La conferencia se celebró también en la vísperas de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, el próximo viernes, en medio de la incertidumbre sobre el modo en que su futuro gobierno gestionará o influirá en el proceso de paz, que se encuentra estancado desde abril de 2014.
El impulso
Auspiciada por Francia y con el respaldo de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea y la actual administración estadounidense, que envió a su secretario de Estado, John Kerry, la conferencia dio un respaldo claro a la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino. La conferencia, convocada por el presidente Francois Hollande.
Fue un apoyo simbólico, puesto que ni israelíes ni palestinos estuvieron en la reunión, pero para Francia tiene el valor de manifestar el amplio respaldo que entre la comunidad internacional tiene la solución de dos Estados como salida a la crisis. "Todos los intervinientes han confirmado que es urgente preservar la solución de dos Estados, la única viable y que está amenazada por el avance de la colonización (israelí en los territorios ocupados) y por la violencia", indicó el ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, quien presidió la Conferencia.
Agregó que no se trata de sustituir a las dos partes en la mesa, sino de incitarles a retomarlas, sobre la base de las fronteras previas a la Guerra de los seis días de 1967 y en el marco de los acuerdos ya alcanzados en el pasado.
Frente al pesimismo reinante y ante las duras críticas de Israel a la reunión, el jefe de la diplomacia francesa aseguró que el de hoy fue "un paso adelante" hacia la consecución de la paz, "aunque sea pequeño".
Negó que se trate de doblar la mano de Israel para obligarle a negociar, tal y como había declarado horas antes el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y aseguró que se trata de "una mano tendida" para que las dos partes lo hagan.
Trump y la incertidumbre
El ministro aseguró que si Trump cumple su promesa de trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén sería una provocación que daría argumentos a los terroristas. "Sería una provocación de consecuencias extremadamente duras", aseguró el jefe de la diplomacia gala, quien alertó contra todo que complique la situación.
Ayrault recordó que otros presidentes estadounidenses ya se plantearon cambiar la legación, pero que finalmente ninguno lo hizo y aseguró que este tipo de gestos solo sirven para entorpecer el camino hacia la paz.
En el mismo sentido se pronunció el secretario de Estado español de Exteriores, Ignacio Ybáñez Rubio. Recordó que la declaración advierte cualquier iniciativa que "ponga en peligro" la solución de los dos Estados, por lo que instalar una embajada en una ciudad que ambos reconocen como propia sería "tomar partido por una de las partes".
La conferencia sirvió también para identificar puntos en los que la comunidad internacional puede incitar a las partes a negociar espacios de inversión que se podrían desarrollar en el caso de que se alcance la paz.
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