El cruce del Darién entre Colombia y Panamá.

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El cruce del Darién entre Colombia y Panamá.

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EFE | LA PATRIA | CIUDAD DE PANAMÁ

Panamá y Colombia defendieron ayer su manejo de la crisis derivada de la avalancha de migrantes irregulares que cruzan la peligrosa jungla fronteriza del Darién, tras las críticas de organizaciones humanitarias que acusan a ambos Gobiernos de haberlos abandonado.

“El desafío de la migración trasciende a nuestros dos países, es un desafío regional y global. Y no aceptamos que se diga que hemos abandonado a la población en el Darién porque no es así. Colombia y Panamá han hecho grandes esfuerzos”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Luis Gilberto Murillo, tras una reunión con su colega de Panamá, Janaina Tewaney, en la Cancillería panameña.

La organización Human Rights Watch (HRW) acusó el pasado miércoles a las autoridades de Colombia y Panamá de no estar “protegiendo ni asistiendo” a los miles de migrantes que cruzan el Darién, una cifra que superó los 500.000 en 2023, un máximo histórico, y de no investigar los abusos, incluidos los asaltos sexuales, de que son víctimas.

“Nosotros tomamos nota del informe (de HRW), pero también nos gustaría que se reconociera el esfuerzo de ambos países (...), somos los que estamos manejando en este momento la crisis (...); estos organismos que elaboran estos informes deberían ayudarnos también a solicitar mayor apoyo de la comunidad internacional en el manejo de los recursos, que es en algo que hemos coincidido también” Panamá y Colombia, afirmó la canciller Tewaney.

Ambos países enfrentan “un reto de tamañas proporciones” en cuanto al creciente flujo migratorio por el Darién, que “no es una ruta migratoria” sino una selva Patrimonio Mundial por la Unesco desde 1981, por lo que “hay muchas cosas” que se deben mejorar y de eso se trata “la coordinación” que intentan fortalecer Panamá y Colombia, reconoció la ministra.

El informe Abandonados en la selva: Protección y asistencia para migrantes y solicitantes de asilo en el Tapón del Darién de HRW denuncia que los esfuerzos en la zona para garantizar el acceso a alimentación, agua y servicios básicos de salud son insuficientes, lo que afecta los derechos tanto de los migrantes como de las comunidades locales que han sido marginadas por años y sufren con altos índices de pobreza y falta de oportunidades.

Piden más recursos

En el caso de Panamá, “la relación nuestra con los migrantes es distinta porque no vienen por una autopista, pasan por una selva que es muy hostil, nos corresponde dar el cuidado inmediato a esos migrantes que vienen devastados, nosotros necesitamos recursos en ese aspecto (...) la ayuda económica importa”, dijo la canciller panameña, Janaina Tewaney.

“La comunidad internacional tiene que ser solidaria con nuestros países. Por eso estamos haciendo también un llamado a que reactivemos el mecanismo tripartito con Estados Unidos para poder discutir estos temas, porque se necesita el concurso de todos”, agregó el ministro de Exteriores de Colombia, Gilberto Murillo.

El Clan del Golfo recibió el año pasado unos 68 millones de dólares del paso de los 500.000 migrantes que cruzaron la selva del Darién.