El tren de pasajeros cubría la ruta Atenas-Salónica, mientras que el tren comercial, que probablemente transportaba chapas metálicas, cubría la ruta Salónica-Atenas.

Foto | EFE | LA PATRIA

El tren de pasajeros cubría la ruta Atenas-Salónica, mientras que el tren comercial, que probablemente transportaba chapas metálicas, cubría la ruta Salónica-Atenas.

Autor

DIEGO SÁEZ PAPACHRISTOU

EFE | LA PATRIA | ATENAS

La mayor tragedia ferroviaria en la historia de Grecia -y la peor en Europa en la última década- ha dejado al menos 38 muertos y ha abierto numerosos interrogantes sobre los errores que llevaron al choque frontal de dos trenes.

El siniestro se produjo poco antes de la medianoche del martes cuando dos trenes -uno de pasajeros con 342 y 10 empleados ferroviarios y otro de carga con dos maquinistas- chocaron al norte de Larisa, en Grecia central.

Al menos 57 personas siguen hospitalizadas, seis de ellas en cuidados intensivos. Muchas de las víctimas eran jóvenes universitarios que regresaban a Salónica tras un puente festivo.

Las autoridades han pedido a familiares de los viajeros que den pruebas de ADN ya que muchos de los cuerpos recuperados se encuentran tan mal que no pueden ser identificados de otra forma.

Familiares de los jóvenes que viajaban en el tren han acudido al hospital de Larisa con fotografías porque sus parientes no figuran ni entre los muertos ni entre los heridos.

Tampoco hay una lista oficial de desaparecidos y mientras algunos medios griegos señalan que podrían ser decenas, otros recuerdan que muchos sobrevivientes se trasladaron por sus propios medios hasta Salónica sin notificarlo.

Las imágenes del lugar del siniestro muestran la violencia del choque, con los primeros vagones de ambos convoyes convertidos en un amasijo de metales calcinados.

"Las imágenes que vi apenas bajé del vagón fueron increíbles, trágicas. Vi llamas por todas partes, pedazos de metal de los vagones se habían derretido y mucha gente perdió la vida. No tuvieron tiempo de salir", dijo un pasajero a la agencia estatal griega AMNA.

Dimite el ministro de transporte

El ministro de Infraestructura y Transporte, Kostas Karamanlís, dimitió reconociendo que sus "esfuerzos" para mejorar una infraestructura ferroviaria "que no se corresponde con el siglo XXI" no fueron suficientes para evitar el accidente.

También ha renunciado de su cargo el director general del estatal Organismo de Ferrocarriles de Grecia (OSE), Jristos Vinis, del que depende la infraestructura ferroviaria del país, incluidos los sistemas de seguridad.

"Fue un error humano"

Pese a estas renuncias y el reconocimiento de la mala situación de las infraestructuras, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, señaló en un mensaje que "la tragedia, desafortunadamente, se debe sobre todo a un error humano".

El jefe de Gobierno conservador declaró tres días de luto y prometió que "se depurarán responsabilidades" y se formará una comisión especial de expertos para investigar los hechos.

El jefe de la estación de Larissa, la ciudad no lejos de donde se produjo la tragedia, ha sido detenido y, según la prensa local, reconoció que cometió un error cuando el tren de pasajeros hizo una parada en Larisa y lo situó en la misma vía en la que viajaba en dirección opuesta el tren de carga.

El hombre de 59 años se presentará ante el fiscal de esta ciudad mañana y según la prensa local se le imputará por homicidio involuntario y otros delitos que pueden acarrear penas de 10 años de prisión hasta cadena perpetua.

Infraestructura deteriorada

El presidente del sindicato de maquinistas, Kostas Geridunias, denunció en la televisión pública de ERT el estado de deterioro en el que se encuentra la infraestructura ferroviaria del país.

"Nada funciona, todo se hace manualmente, estamos en modo manual en todo el eje Atenas-Salónica. Los semáforos tampoco funcionan. Si lo hicieran, los conductores verían los semáforos en rojo y se detendrían a tiempo", señaló.

Por estas razones, los conductores dependen casi por completo de las informaciones que reciben de los jefes de las estaciones pertinentes, recalcó Geridunias.

Algunos medios ya habían señalado que el sistema de guía electrónica de los carriles no funcionaba, por lo que se dejaba que el personal decidiera en algunos tramos sobre qué vía debían seguir los trenes.

Los expertos también critican que no hubiera un sistema automatizado que alertara de que dos trenes circulaban hacia un choque frontal en la misma vía.

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