La ultraderecha llega al poder en Italia

CRISTINA CABREJAS

EFE | LA PATRIA | ROMA

El nuevo Gobierno de Italia que se está prefigurando con el encargo hecho ayer al jurista Giuseppe Conte para que asuma como primer ministro será una experiencia completamente inédita en el país. Por primera vez dos fuerzas políticas atípicas llegan al poder para experimentar sus postulados.

El nuevo Ejecutivo estará formado por el Movimiento 5 Estrellas (M5S, nacido en 2009 como fuerza antisistema), y la Liga Norte, que de partido separatista ha pasado a ser el defensor del identitarismo italiano con matices ultraderechistas.

Este experimento gubernamental no será solo por la alianza entre dos partidos para gobernar, que es algo que suele hacerse en el país, sino porque para ambos será prácticamente su primera experiencia en el poder y les une solo un "contrato programático" diseñado en 10 días.

A este gobierno se llega con una Liga Norte que ha eliminado su indicación geográfica del nombre en las pasadas elecciones para convertirse en solo la Liga, un partido nacional y euroescéptico después de que naciese en 1991 como partido separatista y federalista.

Su dominio territorial en el norte del país hace que el magnate Silvio Berlusconi y su recién nacido Forza italia les incluya como socios de Gobierno en 1992, si bien sería la misma Liga la que le hará caer dos años más tarde.

La Liga, actualmente el partido más antiguo de Italia y que luchó durante años por la independencia de la Padania, una inventada región que incluía las zonas al norte del río Po, ahora rebaja hasta prácticamente diluirlo el tono secesionista para limitar esas demandas originales a una mayor autonomía para quien lo pida.

Lo que ahora define a la Liga es su ubicación en un área ideológica xenófoba e identitaria que no existía en Italia, excepto algún partido postfascista.

La Liga Norte llega a su máxima expansión en las elecciones generales de 1996 con el 10,1% de votos, 59 diputados y 27 senadores, gracias al norte y su mensaje separatista.

Tras años en los que no alcanza el 5%, su líder, Umberto Bossi decide volver a aliarse con Berlusconi en la coalición Casa de la Libertad y entre 2001 y 2006, a pesar de su reducida representación parlamentaria, la Liga asume tres ministerios: Justicia, Trabajo y Reformas Institucionales, en lo que será su única experiencia de Gobierno hasta ahora.

Los graves acusaciones a Bossi de apropiación de fondos públicos destinados al partido hunden a la Liga Norte hasta la llegada de Matteo Salvini con su mensaje nacionalista y contra la inmigración.

Así, del 4% en las elecciones del 2013 se pasa al 18% en las del pasado 4 de marzo.

El M5S nace de las mentes del "gurú" de la comunicación Gianroberto Casaleggio, fallecido en 2016, y de Beppe Grillo, cómico y agitador social con el objetivo de crear "una libre asociación de ciudadanos" y de acabar con los privilegios de la "casta" política.

En 2007 Grillo convoca su famoso "Vaffanculo day" donde se comienza la recogida de firmas para presentar una ley al parlamento en la que se incluye la prohibición de entrar en el legislativo a quien tenga condenas políticas, así como un límite de dos legislaturas y la introducción de preferencias para una reforma de la ley electoral.

Prácticamente una especie de documento programático en el que ya se perfilan las bases del M5S, que se fundará en 2009 después de que las iniciativas políticas de Grillo comienzan a ser continuas.

El Movimiento "grillino" se presenta a las elecciones administrativas y comienza a recoger buenos resultados y conquistar ayuntamientos como el de Parma.

En las elecciones generales de 2013, ya se sitúa como el partido más votado al conseguir el 25% de los votos, tras los que llegarían las alcaldías de Roma y Turín.

A pesar de la ausencia de Grillo, que prefiere volver al perfil bajo y agitar a la opinión pública, pero desde Internet, el nuevo líder Luigi di Maio consigue el 32,7 % de votos en las últimas elecciones del 4 de marzo.

El jurista Giuseppe Conte, quien aceptó el encargo del presidente italiano, Sergio Mattarella, de formar gobierno, se convertirá, en caso de conseguir este objetivo, en el quinto primer ministro consecutivo en no ser elegido en las urnas, tras Mario Monti, Enrico Letta, Matteo Renzi y Paolo Gentiloni.