Andrés Sánchez Braun
EFE|LA PATRIA|Seúl
La ratificación del Tribunal Constitucional del dictamen histórico que destituyó a la presidenta de Corea del Sur por su conexión con el caso "Rasputina", desató violentas protestas de sus seguidores en Seúl que dejaron al menos dos muertos.
Los ocho jueces de la corte aprobaron la decisión adoptada por el Parlamento el 9 de diciembre para cesar de su cargo a Park Geun-hye, que llegó al poder en febrero del 2013 y a la que le restaba casi un año de mandato.
La sentencia estableció que Park vulneró la Carta Magna al permitir a su amiga Choi Soon-sil, conocida como la "Rasputina", entrometerse en asuntos de Estado y al confabularse con ella para extorsionar fondos a grandes empresas, entre ellas Samsung, la mayor del país.
La propia Choi, de 60 años, pidió perdón a través de su abogada al pueblo coreano y a Park Geun-hye a raíz de la destitución, aunque volvió a negar los cargos.
Unas 30 personas están siendo ya procesadas a raíz de la investigación abierta desde que el escándalo salió a la luz el pasado otoño, entre ellas Choi y Lee Jae-yong, presidente de facto de Samsung al que se acusa de donar dinero a la "Rasputina" a cambio de recibir favores del Gobierno.
Aunque no consideró que fuera motivo para su destitución, la máxima instancia judicial del país también creyó probado que Park, de 65 años, desatendió sus obligaciones como jefa de Estado durante el hundimiento en abril de 2014 del ferri Sewol que causó más de 300 muertos, la mayoría estudiantes de secundaria.
Pierde inmunidad
Con la destitución, Park, a la que la fiscalía considera sospechosa en el caso, queda despojada de su inmunidad y Corea del Sur está obligada a celebrar elecciones presidenciales en un plazo inferior a 60 días. El ex primer ministro Hwang Kyo-ahn seguirá ejerciendo como presidente en funciones.
La mayoría de los expertos apuntan a que los comicios presidenciales, en los que el favorito es el candidato liberal Moon Jae-in, seguramente se celebren el martes 9 de mayo.
La decisión de hoy implica la primera destitución de un jefe de Estado y el primer adelanto de los comicios presidenciales en Corea del Sur desde que el país volvió a celebrar elecciones democráticas en 1987 tras el mandato de dos juntas militares (una de las cuales lideró el general Park Chung-hee, padre de la ya expresidenta).
Algunos de los miles de congregados ante el Constitucional y la avenida Sejong rompieron a llorar, mientras otros, armados con palos, se enfrentaron a los cerca de 21 mil efectivos de seguridad desplegados.
Un portavoz de la oficina presidencial dijo que la expresidenta no comparecerá en público y que permanecerá por el momento en la Casa Azul (la residencia del jefe de Estado surcoreano).
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