Son millonarias las ganancias ilícitas con la explotación del trabajo en la industria, los servicios, la agricultura y las faenas domésticas.

Foto | OIT| LA PATRIA

Son millonarias las ganancias ilícitas con la explotación del trabajo en la industria, los servicios, la agricultura y las faenas domésticas.

Autor

IPS| LA PATRIA | Ginebra

El trabajo forzoso en la economía privada, con la explotación sexual en primer lugar, genera 236 mil millones de dólares en beneficios ilegales al año, subraya un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

En 2021 había 27,6 millones de personas sometidas a trabajo forzoso en un día cualquiera, 2,7 millones más que 2016. Esa cifra se traduce en 3,5 personas por cada mil habitantes en el mundo.

Gilbert Houngbo, director general de la OIT, dijo: “Ahora sabemos que la situación no ha hecho más que empeorar. Las personas en situación de trabajo forzoso están sometidas a múltiples formas de coacción, siendo la retención deliberada y sistemática del salario una de las más comunes”.

“El trabajo forzoso perpetúa los ciclos de pobreza y explotación y atenta contra el corazón de la dignidad humana”, recalcó Houngbo en la sede de esa agencia de las Naciones Unidas en esta ciudad suiza.

El monto total de las ganancias ilegales del trabajo forzoso ha aumentado en 64 mil millones de dólares (37%) desde 2014, un incremento alimentado tanto por un crecimiento en el número de personas obligadas a trabajar, como por mayores ganancias generadas por la explotación de las víctimas.

 

Usufructo

El informe de la OIT, “Profits and Poverty: The economics of forced labour (Ganancias y Pobreza: Aspectos Económicos del Trabajo Forzoso)” estima que los traficantes y delincuentes generan cerca de 10 mil dólares por víctima, frente a los 8 mil 269 dólares (ajustados a la inflación) de hace una década.

El total anual de beneficios ilegales del trabajo forzoso es mayor en Europa y Asia central (84 mil millones de dólares), seguidas de Asia y el Pacífico (62 mil millones), América (52 mil millones), África (20 mil millones) y los Estados árabes (18 mil millones de dólares).

Cuando los beneficios ilegales se expresan por víctima, son mayores en Europa y Asia central, seguidos de los Estados árabes, América, África, y Asia y el Pacífico.

La explotación sexual comercial forzada representa más de dos tercios (73%) de los beneficios ilegales totales, a pesar de que sólo supone 27% del número total de víctimas del trabajo impuesto por particulares.

Estas cifras se explican por la enorme diferencia de beneficios por víctima entre la explotación sexual comercial forzada y otras formas de explotación laboral forzada no estatal: 27 mil 252 dólares de beneficios por víctima para la primera frente a 3687 dólares de beneficios por víctima para la segunda.

Después de la explotación sexual comercial forzada, el sector con mayores beneficios ilegales anuales del trabajo forzado es la industria, con 35 mil millones de dólares, seguido de los servicios (20 mil millones), la agricultura (5 mil millones) y el trabajo doméstico (2 mil 600 millones de dólares).

Estos beneficios ilegales son los salarios que legítimamente pertenecen a los trabajadores pero que, en cambio, quedan en manos de sus explotadores, como resultado de sus prácticas coercitivas.

 

Los migrantes

Con datos del año 2021, el informe estimó que los migrantes internacionales constituyen 15% de todos los adultos en explotación laboral forzada. Casi 14 de cada mil trabajadores migrantes adultos se encuentran en trabajos forzados en el sector privado, una tasa que triplica la de los trabajadores no inmigrantes.

También destaca la urgente necesidad de invertir en medidas coercitivas para detener los flujos de beneficios ilegales y exigir responsabilidades a sus autores.

Para eso recomienda reforzar los marcos jurídicos, impartir formación a los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, ampliar la inspección laboral a los sectores de alto riesgo, y mejorar la coordinación entre la aplicación de la legislación laboral y la penal.

Sin embargo, admite que no se puede acabar con el trabajo forzoso solo con medidas de aplicación de la ley, sino que deben formar parte de un enfoque integral que aborde las causas profundas del tema y proteja a las víctimas.

“La comunidad internacional debe unirse urgentemente para tomar medidas que pongan fin a esta injusticia, salvaguarden los derechos de los trabajadores y defiendan los principios de justicia e igualdad para todos”, agregó Houngbo.