RAÚL CORTÉS
EFE | LA PATRIA | MÉXICO
Los secretarios de Estado y de Seguridad Nacional de EE.UU., Rex Tillerson y John Kelly, suavizaron ayer los agresivos mensajes de Donald Trump contra México en materia de migración, en una tensa visita al país latinoamericano en la que derivaron en parte la responsabilidad del problema a Centroamérica.
"Quiero dejar muy claro que no va a haber deportaciones masivas y el Departamento de Seguridad Nacional actuará conforme a derecho y respetando los derechos humanos", señaló Kelly en una declaración conjunta con Tillerson y los secretarios mexicanos de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, y de Gobernación Interior, Miguel Ángel Osorio Chong.
"No habrá uso de fuerzas militares en operaciones migratorias", repitió en dos ocasiones Kelly durante su intervención y sin que mediaran preguntas de los periodistas, pues no se admitieron.
Lo hizo apenas unas horas después de que Trump insinuara todo lo contrario, en una reunión en la Casa Blanca con ejecutivos de 20 compañías manufactureras.
Además de poner paños fríos, Kelly resaltó la importancia de que haya una estrecha colaboración con México en la cuestión y reveló que con sus interlocutores mexicanos conversaron sobre la necesidad de reducir las causas de expulsión de migrantes de Centroamérica.
De esa región proceden muchos de los inmigrantes irregulares que llegan a EE.UU. vía México, un país que asegura ser ahora más de tránsito que de origen de la diáspora hacia el norte.
La migración centró la declaración bilateral que ni hubo referencia alguna a la exigencia de Trump de renegociar a favor de EE.UU. el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en vigor desde 1994 entre México, Estados Unidos y Canadá.
Tampoco hubo un solo comentario sobre el muro que el presidente estadounidense quiere construir en la frontera de 3.000 kilómetros que comparten y hacérselo pagar a México, en parte también porque no hubo preguntas de la prensa.
De esta forma, una visita que se preveía "difícil", como aventuró Trump desde Washington ayer, resultó más tranquila y sobre todo tranquilizadora para México, cuyo presidente, Enrique Peña Nieto, recibió después durante una hora a Tillerson y Kelly en la residencia de Los Pinos.
Esa cita con Peña Nieto había estado en entredicho desde primera hora del día, cuando el secretario de Economía mexicano, Ildefonso Guajardo, advirtió que su concreción dependía de que se alcanzaran antes acuerdos o hubiera mensajes muy claros o elementos de sustancia que la justificaran.
La visita de Tillerson y Kelly parece un respiro para Peña Nieto y sus colaboradores, o al menos una señal de que es posible negociar con la nueva Administración de la Casa Blanca.
Destacado
México y EE.UU. acordaron celebrar una reunión con las naciones del Triángulo Norte centroamericano -El Salvador, Honduras y Guatemala-, Canadá y Colombia, entre otras, para abordar el fenómeno migratorio y buscar políticas de desarrollo que desincentiven el éxodo de personas.
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