EFE | LA PATRIA
Unos 200 brasileños protestaron hoy durante el entierro de un niño de 11 años muerto por un tiro en la cabeza supuestamente disparado por un policía en una favela de Río de Janeiro.
El menor, Herinaldo Vinícius de Santana, fue abatido en la tarde del miércoles cuando salía de casa en la favela carioca de Cajú con intención de comprar una pelota de ping pong.
La Policía Militarizada apartó de sus funciones a los cinco agentes que estaban patrullando la zona en el momento de los hechos y ha recolectado sus armas para efectuar análisis balísticos.
Dos de los policías investigados alegaron que se enfrentaron a tiros con una banda de criminales, aunque según el comisario Daniel Rosa, que investiga el caso, "eso no es una verdad absoluta".
Los habitantes de la favela protestaron hoy por el homicidio durante el velatorio de Herinaldo con carteles con los que llamaron "corruptos" y "asesinos" a los policías.
El Gobierno del estado de Río de Janeiro anunció que costeará los gastos del entierro de Herinaldo.
Este es el sexto caso ocurrido este año de un niño menor de 14 años muerto en Río de Janeiro durante una operación policial, según un recuento de la ONG Río de Paz.
Desde 2007 se han registrado 19 muertes de niños por balas perdidas durante intervenciones policiales o por el fuego cruzado en tiroteos de los agentes contra bandas de narcotraficantes en las favelas cariocas, según la misma fuente.
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