Obituario

A los 92 años se despidió de la vida terrenal José Ramón Ortega Rincón, rodeado de seres queridos en su residencia de Santa Rosa de Cabal (Risaralda). Nació en Calarcá (Quindío), pero se consideraba santarrosano de alma y corazón (avalado por las palabras de Don Quijote: “Uno no es de donde nace, sino de donde pase”).
Egresado de la Universidad de Caldas, realizó la Judicatura en Santa Rosa de Cabal, donde fue recibido como en casa y allí estableció su residencia para siempre (63 años continuos). Fue un padre y esposo ejemplar (60 años). En sello matrimonial católico con Consuelo Arias de Ortega dirigieron el camino de sus cuatro hijos.
Fue un hombre sencillo, carismático, excelente contertulio, devorador de libros, consagrado escritor, abogado decoroso, político de sanos principios flameando la bandera azul, personalidad cívica, educador infatigable y guerrero sin fronteras animado por sus personajes favoritos: Jesucristo, Don Quijote y Simón Bolívar.
Fue concejal, alcalde de Santa Rosa de Cabal, gobernador de Risaralda y congresista de Colombia. Por largo período se desempeñó simultáneamente como abogado de cuatro bancos. Fue presidente de la Cámara de Comercio de Santa Rosa de Cabal (de la cual fue fundador y a la que donó su biblioteca personal). Se desempeñó como registrador de Instrumentos Públicos. Fue presidente de la Casa de la Cultura, gerente del Fondo para la Reconstrucción del Eje Cafetero Forec y presidente del Club de Leones.
Todos los días, después de paladear un café, repetía la frase pronunciada por el libertador Bolívar horas antes de morir en la Quinta de San Pedro Alejandrino: “Los tres grandes majaderos de la historia hemos sido Jesucristo, Don Quijote… y yo”.
José Ramón Ortega fue un gran escritor de sentimiento, agradecimiento y acción, plasmado en sus libros de consagración: El Quijote, Bolívar y la Jurisprudencia. Dos libros, en Derecho: Nulidades (publicado 3 veces) y Excepciones (publicado dos veces).
Sobre el Quijote, Sancho Gobernador (publicado 4 veces).
A finales del año pasado publicó y regaló un minilibro con una interesante colección de frases célebres del libertador Simón Bolívar.
Cerró su ciclo terreno como lo hizo Miguel de Cervantes, en su inmortal libro El Quijote: “Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es ni utopía ni locura, es justicia”.
Por Rubén Darío Franco Narváez