Para trascender huellas de violencia

El Fondo Cultural del Café presenció, dos noches consecutivas, la que hasta ahora ha sido la obra con mayor interacción del público (sin contar el teatro de calle). Se trata de Huellas digitales, cuerpo de cristal, presentada como resultado de un trabajo investigativo del director Daniel Ariza, adscrito a la Universidad de Caldas.

Ejecutada en cuatro espacios distintos sobre los cuales el espectador hace un recorrido de inmersión, la propuesta dialoga de forma directa con quien la presencia. Desde el acceso, cada miembro del público debe llenar un formulario y despojarse de sus objetos para acceder a distintos espacios de una cárcel. Se le trata como si en verdad estuviera en un centro penitenciario. Allí conoce, a través de entrevistas y danzas (en video) a los jóvenes protagonistas: cuatro hombres-niños privados de la libertad en una cárcel de menores.

Con el cambio de locaciones que implica el recorrido, quien presencia la obra siente molestia, interés y miedo por los cuatro actores que lucen herederos y propagadores de la violencia. Pero de igual forma se entiende que son víctimas de un contexto, por lo cual también suscitan compasión.

Es al final cuando se revela que los personajes son de la vida real y están, en vivo y en directo desde su centro de reclusión, esperando en una videollamada para hablar con el público: ¡vaya sorpresa la que se lleva el espectador! Sin lugar a dudas un trabajo serio, con investigación y elevado uso de herramientas multimedia que deja huella en este Festival.