LA PATRIA | MANIZALES
Los asistentes a la obra El Quijote no existe, del Teatro Guayumba, se encontraron con una puesta en escena en la que el actor basa su interpretación en materiales de reciclaje, los que adquieren distintos significados o formas según son manipulados por él.
Se presenta un Cervantes que contempla a su producción literaria desde la distancia, imposibilitado de despegarla de su vida y que al presentar su Quijote también devela sus heridas al espectador.
El público viaja en el tiempo con el actor. La historia se inicia en el siglo XVI, cuando la Imprenta Real edita la primera versión de El Ingenioso Hidalgo. En este lugar se ven las deplorables condiciones en que el texto fue impreso. Luego se produce un quiebre temporal. La obra se traslada al año 2000. Miguel de Cervantes envía su obra a una editorial en Nueva York donde le recomiendan que siga un curso de escritura, ya que, carece de habilidades. Posteriormente, en el 2005, Cervantes es entrevistado en un programa de televisión en donde ve cómo su novela termina siendo parte de una sección de farándula. Tras arremeter en contra del set y su animador, termina donde un psiquiatra, donde se da cuenta que en su lengua tiene una historia maravillosa que no se había escrito nunca.
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