Elisabeth Schwarzkopf: un emblema del canto lírico

Luis Felipe Tabares Tabares*

Esta soprano nació en Jarocin, Poznan, Prusia, hoy Polonia, un 9 de diciembre de 1915, desapareciendo el 3 de agosto de 2006 en Schruns, Estado de Vorarlberg, Austria; su nombre de pila fue Olga María Elisabeth Friederike Schwarzkopf. Esta diva del canto gozó de gran admiración y elogios por parte del público y de la crítica, aunque en los períodos finales fue al contrario por la exagerada pretenciosidad y teatralidad en sus presentaciones. Sus actuaciones fueron consideradas un ícono, en especial sus interpretaciones de personajes como Fiordiligi, la Mariscala, la Condesa Madeleine, Donna Elvira, la Condesa Almaviva, y de las canciones del compositor alemán Richard Strauss.

Influencia familiar

Desde pequeña disfrutó tanto del cariño como de la rigidez de sus padres; fue hija de Friedrich Schwarzkopf, profesor de un instituto en Prusia, quien le inculcó su espíritu inflexible y apasionado. Su madre se encargó de educarla y asegurarle un buen y seguro oído musical y fortalecer su voluntad. Elisabeth a sus diez años interpretaba magistralmente una partitura y en conciertos aficionados se autoacompañaba en el piano.

Hizo su debut en la ópera en la ciudad de Magdeburgo, interpretando el papel de Eurídice de la obra Orfeo y Eurídice del compositor Christoph Willibald Gluck, en 1928, siendo una producción escolar. Ya en 1934 ingresó en la Hochschule für Musik de Berlín (algo así como Escuela Musical de Berlín) para iniciar sus estudios en música; allí tuvo algunos inconvenientes como el haber sido determinada como mezzosoprano por su profesora Lula Miss-Gmeier, a lo cual la madre de Elisabeth alegó aduciendo que debería ser tenida como soprano de coloratura, y logrando así que fuera aceptada como tal en la clase del profesor Egonof.

Las interpretaciones

Posteriormente Elisabeth debutó en la Ópera Estatal de Berlín, allí cantó en el período comprendido entre los años 1938 y 1942, y en el ramo profesional lo hizo en 1938 como la Segunda Doncella de las Flores de Klingsor en el acto II de la ópera Parsifal del alemán Richard Wagner, dirigida por Karl Böhm. Hacia 1942 este mismo director la invitó para que se uniera a la Ópera Estatal de Viena, donde la artista interpretó a Konstanze, en la ópera El rapto en el serrallo de Mozart; también en los papeles de Musetta y Mimí de La Bohemia del italiano Giacomo Puccini, y como Violeta en La Traviata de G. Verdi. No sólo fue dirigida por Karl Böhm, también tuvo la dirección de grandes de la batuta como Josef Krips y Herbert von Karajan.

Sufrió una fuerte tuberculosis que le interrumpió su carrera durante dos años. De regreso, su voz la llevó en 1944 a ser la soprano estrella de la Ópera del Estado de Viena, donde actuó en los personajes de Rosina de la ópera El barbero de Sevilla de G. Rossini, Blondine de El rapto del Serrallo de Mozart y como Zerbinetta de Ariadne en Naxos de R. Strauss.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, en 1947 y 1948, Elisabeth Schwarzkof reapareció en los escenarios en una gira de la Ópera del Estado de Viena en la ciudad de Londres, actuando en el teatro Royal Opera House del Covent Garden, como Donna Elvira en la ópera Don Giovanni de Mozart, en 1947. Durante este período interpretó también a Susana de Las Bodas de Fígaro de Mozart, en el Festival de Salzburgo. Logró una de sus interpretaciones cumbres en el papel de la Condesa de la ópera Las Bodas de Fígaro, acaecido en 1948. Hizo su debut oficial en el Royal Opera House de Londres en el papel de Pamina de la ópera La Flauta mágica de Mozart en enero del mismo año; posteriormente debutó cantando la Misa Solemne de Beethoven en el Teatro La Scala de Milan, Italia, en 1950. Y bajo la dirección del director Wilhelm Furtwängler, ese mismo año actúa en la ópera Fidelio de Beethoven en el personaje de Marcelline.

Se presentó en México en 1952 en un recital al lado del pianista Martín Imaz. Al año siguiente, debutó en la sala de conciertos Carnegie Hall en Manhattan, Nueva York. De igual forma participa en el estreno de la obra del compositor Carl Orff, El triunfo de Afrodita. En 1955 debuta en la ópera de San Francisco actuando como la Mariscala, de la ópera El caballero de la rosa de Richard Strauss. Actuó al lado de María Callas en papel protagónico como Liu, personaje de Turandot de Giacomo Puccini.

Pero no fue hasta 1964 que debutó en el gran Metropolitan Opera House de Nueva York actuando de nuevo en el papel de la Mariscala de El caballero de la rosa. Sus presentaciones allí no fueron más que diez. Luego hacia 1968 se presentó dando tres recitales en el Teatro Colón de la ciudad de Buenos Aires.

Finalizó en la enseñanza

Elisabeth se retiró de los escenarios operísticos en 1971, actuando de nuevo como la Mariscala; presentación dada en el Teatro de la Moneda en Bruselas, Bélgica. Seguido a esto se dedicó al canto. Su despedida de los recitales la dio en Zúrich, Suiza, en 1979. Luego su vida la consagró a la enseñanza, llegando a contar entre sus alumnos a figuras como Maria Venuti, Renée Fleming, Thomas Hampson, Niel du Preez, Cornelius Hauptmann. Vivió en Suiza por mucho tiempo, y luego se radicó en el estado federado de Vorarlberg, Austria, muriendo allí en 2006.

Se dijo que ella fue su más férrea crítica; no se consideraba lo suficientemente buena, pero la realidad mostró que sí lo era. Elisabethh Schwarzkopf fue admirada no sólo por su talento musical como cantante, sino también por su gran belleza y por tener un gran carisma, algo que también le dio buen nombre.

*Historia de la música y apreciación musical.

felipe-tabares@hotmail.com

Fue admirada por su talento musical como cantante y un gran carisma.