Sergio Villamizar Dussan*
Foto/Colprensa-Cine Colombia/Papel Salmón
Margy Kinmonth es la directora de los documentales Hermitage revelado, Fabergé y Revolution.
Rusia está de moda al ser el epicentro de la mayor cita del fútbol, a la cual miles de colombianos viajaron para acompañar a la Selección nacional, y de paso, conocer parte del país más extenso del mundo y su rica cultura.
Pero aquellos que no viajaron también han tenido la oportunidad de conocer algunas de las maravillas culturales rusas a través del Ciclo de Arte Ruso, que Cine Colombia presenta del 30 de junio al 2 de septiembre en diez ciudades del país.
Es un viaje por tres íconos de la historia rusa a través de personajes como Chagall, Kandinsky, Fabergé y Stalin en documentales que abarca siglos del arte, la historia y la política del país.
Dos de los tres documentales, Hermitage revelado y Revolution, dirigidos por Margy Kinmonth, directora británica que se ha especializado en la realización de producción de audiovisuales sobre la historia del arte, trabajando en varias ocasiones el tema del arte ruso.
Con Hermitage Revelado se abrió el Ciclo de Arte Ruso, el 30 de junio y primero de julio con el ingreso a un lugar con más de 250 años de historia, más de tres millones de tesoros y más curadores que cualquier otra institución de arte, siendo el Hermitage de San Petersburgo uno de los museos más emblemáticos del mundo.
Un recorrido a través de la tumultuosa historia del museo, desde palacio imperial a museo estatal, con acceso a colecciones especiales y áreas que han permanecido ocultas de la mirada pública.
El otro documental de esta directora, que hace parte de este ciclo es Revolution, una producción que abarca un momento extraordinario en la historia de Rusia. Con piezas de las más importantes instituciones rusas, contribuciones de artistas contemporáneos, curadores, actores y el testimonio personal de los descendientes de los protagonistas, la película trae a la vida a los artistas más representativos de este periodo, como Chagall, Kandinsky, Malevic, entre otros, quienes fueron pioneros que florecieron en respuesta al reto utópico de construir ‘Un nuevo arte para un nuevo mundo’.
COLPRENSA habló con la directora Margy Kinmonth sobre lo que han sido estos años de investigación profunda en el arte y la cultura rusa.
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Museo Hermitage en San Petesburgo (Rusia).
-¿Cómo reconstruir la historia del segundo museo más grande del mundo, el Hermitage de San Petersburgo?
Tuve mucha suerte porque me invitaron a ser la cineasta para esta película de aniversario de los 250 años del museo. Sabía que cada persona contaría su versión propia del Hermitage, por lo que decidí que la mía tenía que ser personal, la de una británica que llega desde afuera y no conoce nada de este museo.
Fue un reto muy emocionante, quise ir y conocer a todos los que trabajan allá desde hace años, se conocen toda la historia y se la han transmitido entre ellos durante generaciones.
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Interior del Museo Hermitage en San Petesburgo (Rusia).
-En esa búsqueda, ¿Qué encontró?
Fui a buscar los tesoros escondidos, tienen una colección enorme de arte europeo, está Rembrandt, Rubens, los maestros holandeses y los italianos, esculturas de Miguel Ángel, obras de los grandes del mundo. Trabajé muy de cerca con el director, pedí ir tras escenas y ver cómo cambió en la historia con la revolución y al hacerlo descubrí que había cuartos llenos de papeles y cajas y sin registros sin desempacar.
Formulé un plan para contar la historia en orden cronológico y mostrar cómo cambiaron de manos las cosas en todos los conflictos que pasaron durante esos 250 años.
El momento clave fue la revolución de 1917, todo pasó al gobierno y nada era propiedad privada. Mucha gente salió de Rusia pero se quedaron los tesoros. Los que quedaron se interesaron mucho en Rusia y su historia, y pasó de ser colección de arte europeo a algo muy ruso. También dos veces empacaron todo el museo, debido a las guerras mundiales. Se llevaron todo a evacuarlo y esconderlo.
-¿Ya lo conocía?
Había estado de turista en los años 80, cuando eso era muy difícil, y sentí lo maravillosa que es la cultura. Luego hice una película sobre el ballet El cascanueces entonces tuve que hablar con el Teatro Mariinski para entrar y fui conociendo a los personajes de la cultura rusa, y fue muy popular. Gracias a eso me invitaron al Hermitage y ahora voy a hacer otro sobre el Museo de Teatro que tiene otra historia increíble.
-¿Qué tanto se conoce de la riqueza artística fuera de las fronteras rusas?
Hay mucho más para ver dentro de Rusia y la gente normal lo aprecia más que en el Reino Unido, por ejemplo. En Rusia la combinación de política y arte se maneja de manera muy grande: todos los presidentes van al ballet y con eso muestran esa idea clásica e imperial de Rusia. Además, a los rusos les encantan sus escritores, Dostoievski, Tolstoi y Pushkin, y están conectados con eso y el teatro. Pasa mucho más de lo que uno cree y de manera local y no lo comentan porque se les hace obvio.
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-¿Cómo fue el trabajo de investigación para los dos documentales que hacen parte de este ciclo?
Me gusta escoger temas que no conozco bien, entrar, conocer y contar de manera amplia. En Hermitage trabajé muy de cerca con el director y los empleados del museo que saben muchísimo del tema. Para Revolution fui a los archivos de Moscú y conocí a los descendientes de los artistas, sus hijos, sus nietos. Ellos me contaron muchísimo.
-¿Qué es lo más difícil a la hora de hacer un documental con este tipo de temática?
Los rusos hacen sus propias historias de otra manera. En este caso necesitan de un extranjero para señalar qué es lo que a nosotros se nos hace interesante. Además, yo hago la historia para el cine entonces tengo que pensar para adaptarlo para que sea en gran pantalla.
-Miles de colombianos se encuentran por estos días en Rusia con motivo del Mundial. Para usted, ¿qué lugares del arte y la historia recomendaría visitar?
Deberían ir a museos como el Hermitage y al teatro, no es caro ir a los museos allá. Y si están en San Petersburgo es muy bueno solo salir a caminar porque es fascinante y bella la ciudad, que vayan a explorar y perderse en ella. Y si les gusta el fútbol, vayan a los partidos en el metro porque las estaciones son muy bonitas, algunas son de estilo soviético y es un sistema de transporte muy bueno.
*Colprensa Sergio Villamizar ©
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